‘El Mayo’ Zambada era el dios de la droga: García Luna tuvo que liberarlo
Foto. Internet

Exploran la vida de “El Mayo” Zambada, el enigmático líder del narcotráfico en México.

Ciudad de México.-Mario Ismael “El Mayo” Zambada García es conocido como el dios de la droga, un hombre que ha controlado cada aspecto de su imperio del narcotráfico, desde cada gramo hasta cada dólar; se rumorea que incluso traficó armas a Nicaragua para la CIA.

Su imperio, según cuentan, lo edificó en Los Ángeles. Se le describe como un ranchero astuto y cauteloso, con conexiones y vigilancia en todos lados; antes de su reclusión en Durango, vivía en uno de sus ranchos en El Salado, Sinaloa, disfrutando de cervezas Pacífico frías.

Algunos dicen que es informante de la DEA y que Genaro García Luna lo dejó en libertad; otros, que ha financiado campañas presidenciales y que enfermedades como la diabetes y el cáncer lo están consumiendo.

Su historia está llena de incógnitas y ahora, su paradero en la cárcel sigue siendo un misterio. Como dice Juan Villoro, los narcos no tienen un currículum, solo leyendas.

Mario Ismael Zambada García, conocido por múltiples alias y nombres falsos, ha sido una figura esquiva con más de diez fechas de nacimiento registradas y al menos cinco identidades falsas.

Hasta la fecha, su edad exacta es incierta, estimada en unos 76 años. Poco se sabe de su padre, aparte de que fue comerciante o campesino, y quizás un cubano en el exilio.

Te puede interesar: Las Flechas de El Mayo: El grupo armado sin líder en Zacatecas

Historia de “El Mayo” Zambada

Nació en El Álamo, un ejido al sur de Culiacán, y es el quinto de seis hermanos. Su apodo, El Mayo, proviene del diminutivo de su primer nombre. Durante su juventud, tras la muerte de su padre, cambió la escuela por los campos de caña y a los 17 años, se casó con Rosario Niebla Cardoza, Chayito, tras secuestrarla. Juntos tuvieron varios hijos.

En su juventud, Zambada se relacionó con importantes traficantes como Lamberto Quintero y José Inés Calderón, vinculados a Rafael Caro Quintero. Sin embargo, fue el traficante cubano Antonio Cruz Vázquez quien realmente lo introdujo en el mundo del narcotráfico.

Cruz, un ex capitán de policía cubana y espía de la CIA, fue liberado de prisión en 1973 y se mudó a Culiacán, donde se casó con Modesta, la hermana mayor de El Mayo. Juntos, emprendieron operaciones de tráfico que involucraban a políticos, militares y policías en complicidad con autoridades estadounidenses.

El Mayo Zambada y su cuñado, Antonio Cruz, decidieron quedarse en México durante la Operación Cóndor en 1976, una campaña contra la siembra de drogas que muchos traficantes evadieron.

Años más tarde, en 1977, Zambada se mudó a Los Ángeles, donde su cuñado lo reclutó para operar una red de tráfico de heroína.

Esta etapa en Los Ángeles marcó el comienzo de su ascenso como uno de los principales distribuidores de drogas, estableciendo conexiones que eventualmente lo llevarían a convertirse en uno de los capos más influyentes del narcotráfico.

El Mayo Zambada ha sido un personaje central en numerosas historias y conflictos dentro del mundo del narcotráfico, incluyendo su relación con otros grandes nombres como Joaquín “El Chapo” Guzmán.

A lo largo de los años, ha logrado mantener un perfil bajo comparado con otros traficantes, lo que ha contribuido a su mística y a las numerosas leyendas que circulan sobre él. Su historia sigue siendo una mezcla de hechos verificados y mitos, un reflejo de la compleja interacción entre el crimen organizado y las fuerzas del orden.

Fuente Milenio