Por: Enrique Rivera Hernández
En días recientes varios políticos a nivel nacional han dado una vez más gala de su poca articulación cognitiva en cuanto a procurar el bien común de la población, ejemplo de ello exponemos tres casos.
El primero es cuando Marko Cortés dirigente nacional del PAN y Martín Orozco gobernador de Aguascalientes participaron en un foro virtual, donde expusieron que los gobernadores del País han sacado adelante solos la crisis sanitaria durante esta pandemia.
Acto seguido al Gobernador de Jalisco Enrique Alfaro se le acusa de desviación de recursos y gastos millonarios con pretexto de la pandemia y la emergencia sanitaria; sin embargo él prefiere desviar a la atención publicando en distintos medios que envío una propuesta al gobierno Federal para que el presente ciclo escolar se pueda concluir a distancia.
En esta misma línea encontramos al Gobernador de Michoacán Silvano Aureoles Conejo, quien hace caso omiso a la información publicada en donde exponen que en la Secretaria de Salud del Estado gasta más recursos económicos en asegurar el parque vehicular que en asegurar la salud del personal médico; pues cada vehículo aproximadamente se asegura por un monto de $16 mil pesos y al personal médico se le asegura por un monto que oscila entre $1000 y $2000 pesos. Sin embargo de una manera muy coincidente al igual que el gobernador de Jalisco desvía la atención anunciando que los aproximadamente un millón 300 mil estudiantes de todos los niveles del Estado, no regresarían a clases el 1 de Junio como es de manera hipotética la fecha más cercana propuesta por el Gobierno Federal.
Es decir en pocas palabras, los políticos antes mencionados se muestran poco hábiles en su análisis en cuanto a salud mental y educación se refiere, se vislumbra que no perciben la crisis por estrés postraumático que está por venir, pues como consecuencia de la enfermedad Covid-19 varios pacientes recuperados pueden presentar daño renal e hipertensión, cambiando literalmente sus vidas a futuro y abriendo una serie de consecuencia no solo físicas, sino mentales y emocionales en esta población.
O en su vuelta a lo contrario, se puede presentar que las consecuencias emocionales de esta crisis sanitaria impacten en la salud física de los sujetos.
Así el pasado 9 de Mayo en Palacio Nacional, se informó que aproximadamente el 30% de personas enfrentan depresión en distintos grados, 20% estrés postraumático y un 50% estrés generalizado, ello como consecuencia de las distintas actividades que se están viviendo actualmente en los hogares por todas sus complejas dinámicas familiares, agregando la angustia por el empleo y las actividades educativas desde casa, en donde se ha mostrado un alto índice de estrés sobre todo de las madres de familia.
De tal manera que como propuestas del gobierno Federal para tratar de prevenir la crisis de estrés postraumático, se ha planteado atender como estrategia de primeros auxilios psicológicos por medio de atención telefónica y por internet, siendo atendidos por especialistas en salud mental y emocional con diversas formaciones clínicas en cuanto a intervención en crisis; en el ámbito educativo se están considerando las propuestas de profesores en diversos contextos, dando prioridad a la salud de los alumnos y los maestros, buscando garantizar las condiciones sanitarias a partir de la activación de los comités del programa la Escuela es Nuestra, liberando un total de casi 5 mil millones de pesos para habilitar los centros escolares.