El acueducto de Jungapeo, en Michoacán, es un importante monumento histórico y arquitectónico en México. Construido durante el período colonial, en el siglo XVIII, fue una obra fundamental para el suministro de agua en la región.
También conocido como “Los Arcos” tiene 300 metros de largo y se localiza a 9 kilómetros de la cabecera municipal de Jungapeo en la comunidad de La Soledad. Su impresionante estructura de piedra y sus arcos elegantes, aún se mantienen de pie tras 274 de historia y aunque con malesa, están en buen estado.
La obra es un ejemplo destacado de la ingeniería hidráulica de la época y también refleja la influencia de la arquitectura colonial en México. Su conservación y la importancia histórica hacen de él un lugar interesante tanto para los aficionados a la historia como para los visitantes que aprecian la arquitectura colonial.
Historia del acueducto de Jungapeo
- Construcción: El acueducto de Jungapeo fue construido entre 1740 y 1750, en el virreinato de la Nueva España. Su edificación respondió a la necesidad de suministrar agua a la creciente población del propio Jungapeo y sus alrededores.
- Arquitectura: Tiene una estructura notable por sus arcos de medio punto, típicos del estilo colonial barroco. Es el arco que apoyado sobre sus dos puntos extremos toma la forma de media circunferencia. Está construido principalmente de piedra local, lo que no solo proporciona durabilidad, sino también una integración armónica con el entorno natural.
- Función Original: El acueducto fue construido en el siglo XVII por la familia Orozco, como parte del complejo de la hacienda de San Miguel Púcuaro, con el objetivo de irrigar sus tierras, que en esa época producían cañas de azúcar. Desde su inauguración, el agua ha fluido serenamente a través de su canaleta, proporcionando vida a los numerosos guayabos que lo rodean.
Situado a los pies del cerro El Fuerte de Cóporo, el acueducto se encuentra en una región cargada de historia. Bajo su sombra se gestó la leyenda de la Condesa de Miravalle y se libraron intensas batallas entre insurgentes y realistas durante la Guerra de Independencia. Su arquitectura fue testigo de la presencia de figuras históricas como Félix María Calleja, Agustín de Iturbide, y los héroes locales insurgentes, los López Rayón y su primo Benedicto López.
Este acueducto también fue testigo de la reactivación de la Guerra de Independencia en 1817, cuando el conflicto parecía casi extinguido. Aunque la hacienda asociada al acueducto quedó en desuso tras la guerra, el acueducto ha continuado siendo útil para quienes permanecieron trabajando la tierra.
Importancia Cultural y Patrimonial
- Preservación: A lo largo de los siglos, el acueducto ha sido objeto de varias restauraciones y conservaciones para asegurar su preservación. Su estado actual permite a los visitantes apreciar la maestría de la ingeniería colonial.
- Símbolo Histórico: El acueducto no solo es un monumento a la habilidad técnica de su época, sino también un símbolo de la importancia del agua en el desarrollo de las comunidades coloniales.
- Reconocimiento: En 1990, el acueducto de Jungapeo fue declarado Monumento Histórico por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México, lo que subraya su relevancia cultural y arquitectónica.
- Ubicación: Jungapeo se encuentra a aproximadamente 90 kilómetros al noreste de Morelia, la capital del estado de Michoacán. El tiempo de viaje puede variar dependiendo del medio de transporte y las condiciones del tráfico, pero en general, se estima que el trayecto en automóvil toma alrededor de 1.5 a 2 horas.
Para llegar a Jungapeo desde Morelia, puedes tomar la Autopista a Maravatio, siguiendo hacia Ciudad Hidalgo y Tuxpan. Rutas que te llevarán a través de paisajes variados y te permitirán disfrutar del entorno natural de Michoacán.
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Además de la visita al acueducto, la región ofrece oportunidades para disfrutar de la naturaleza, con senderos y paisajes que complementan la experiencia histórica.
El acueducto de Jungapeo sigue siendo un testimonio impresionante de la ingeniería colonial y un importante recordatorio de la historia local de Michoacán.