Todos los días, veo por las avenidas o calles de la ciudad, o bien en las carreteras, el incremento de ciclistas. Mi reflexión en esta columna es identificar el uso de la bicicleta como oportunidad de atender diferentes necesidades de la vida moderna de la sociedad.
Me ha tocado ver las noches de los miércoles en Morelia, pelotones de ciclistas adecuadamente vestidos y con el casco reglamentario saliendo a pedalear. Lo mismo veo en las zonas rurales, y por todos lados; la bicicleta es utilizada como instrumento utilitario, pero también recreativo y deportivo. Esto es, la bicicleta cubre distintos frentes y necesidades de la vida moderna de la sociedad.
La bicicleta tiene como propósito ser un vehículo de transporte, pero puede ser utilizado como bicicleta deportiva para hacer ejercicio, incluso la bicicleta fija en los gimnasios, o bien, la bicicleta recreativa, para realizar paseos y convivencia en familia.
Existen distintos tipos de estos artefactos: en tamaños, materiales, precios; hay también unipersonales, para pedalear dos o tres miembros de la familia o con los amigos; también hay bici utilitaria, aquellas que permite trasladar a personal de empresas para entregar bienes o brindar servicios. Es decir, este instrumento cubre distintos fines.
Aquí en Morelia; también en Uriangato y su zona conurbana de la parte sur de Guanajuato, las bicicletas constituyen un instrumento y a la vez una valiosa herramienta de trabajo para las y los trabajadores de empresas, porque al desplazarse para entregar los bienes y servicios que ofertan, lo hacen de manera rápida, sin devastar el medio ambiente, sin utilizar gasolina, lo que significa ahorro en los costos de los bienes y servicios. Claro, esto es acotado a ciudades pequeñas o bien lugares muy precisos en donde se puedan utilizar estos mecanismos de transporte. Al parecer no existen las investigaciones de fondo que nos permitan visibilizar la importancia que tienen en estos tiempos modernos la bicicleta; primero, como una acción para fortalecer la salud y conocer que tanto genera la utilización de energía en la actividad física total; acortar distancias; pero también conocer si la bicicleta utilitaria, puede ser generadora de actividades deportivas o de diversión para hacer proyecto de familia.
No obstante ello, me parece importante mencionar que existe en estas tres vertientes la importancia de trabajar en la cultura de vialidad, porque en sus tres enfoques, se utiliza de manera genérica las vías de comunicación, por donde también transitan otros automotores y conductores que consideran que el espacio público es para ellos y no para ser utilizados para todas y todos en función de las necesidades sociales.
En estos tiempos, al no contar con estudios actualizados sobre el uso de la bicicleta, nos hace ver de manera reduccionista lo que significa ésta al considerarla como un medio de transporte; verlo de esa manera, no nos permite apreciar la diversidad de beneficios que la bicicleta proporciona al utilizarla: da salud al cuerpo, genera diversión en la familia, se utiliza en los deportes o bien como un instrumento utilitario.
La bici es utilizada por hombres, mujeres, niños, niñas, adolescentes y en ocasiones aprecio el hecho de que adultos mayores la puedan conducir con destreza y rapidez; la utilizan lo mismo: empleados, repartidores, deportistas, ciclistas, personas indígenas, personas con discapacidad, y otros segmentos de población, con ello, estamos hablando de una necesidad de proteger a los ciclistas, a todas aquellas personas que manejan una bicicleta en un reconocimiento de diversidad cultural.
La protección del ciclista como política pública debería abarcar: manejo adecuado; saber las señaléticas viales; creación y desarrollo de la cultura vial; y desde luego acciones de primeros auxilios.
Hace unos días conversé con Marcos Juárez Vega, alumno de la Facultad de Derecho de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, él practica el ciclismo en la organización Wuildures MTB del municipio de Uriangato; sus reflexiones me parecieron importantes y sobradamente interesantes sobre el tema, por ello, escribí la columna con su información para despertar el interés de muchas personas que están en el tema y que requieren de atender y solucionar problemáticas de ciclistas.
Toda vez que los ciclistas (con fines utilitarios, de diversión o deporte) son un segmento de población que permanentemente al salir a pedalear, se atenta contra su vida, se vuelve un grupo en situación de vulnerabilidad, por lo que se hace necesario subir el tema de la cultura vial a la Agenda Pública de cada entidad federativa; la razón es simple, la vida, la recreación, y la cultura física y el deporte, así como el trabajo, son derechos humanos, que deben ser protegidos por el Estado mexicano.
El ciclista Marcos Juárez Vega me explicaba que era necesario que las autoridades diseñaran acciones de política pública en el campo del transporte de la bicicleta y del ciclista, considerando los aspectos de salud y activación física, de la diversión que fortalece los vínculos de familia, pero sobre todo de cuidado y protección del ciclista, esto es, del impulso fuerte a través de la educación básica de la cultura vial, pero también, impulsar procesos de reeducación para las personas mayores en cultura vial y respeto del ciclista y el peatón.
De esta manera, y a partir de los comentarios de Marcos Juárez y de sus experiencias y prácticas en torno al uso de la bicicleta, nos podríamos preguntar: ¿La educación y reeducación de la población en cultura vial será la única vía para evitar accidentes contra los ciclistas? las autoridades están interesadas en el tema? ¿Las autoridades aplicarían recursos para la construcción de ciclovías, como parte de las alternativas de solución? ¿La ciclovía podría jugar un papel importante en los hábitos de movilidad, deporte, recreación y utilidad de las personas?
El propósito de la columna es simple, es exponer las necesidades de indagar cuales son los factores que llevan a las personas a hacer uso de la bicicleta para transportarse, tocando el tema de lo social, el económico, lo geográfico, urbano, cultural, personal, ambiental, jurídico, político. Esto es, requerimos de mayores elementos y argumentos que demuestren a la autoridad que es un tema complejo, que requiere estar en la agenda pública, toda vez que se involucra el bien principal del ciclista, la vida. Dejo un saludo para mi amigo Santiago Orozco, ciclista de corazón.