EE.UU. alista declaración de emergencia sanitaria nacional por brote de viruela del mono; también nombró a principios de esta semana a dos funcionarios que se encargarán de atender el brote
El Gobierno de Estados Unidos anunció este jueves que declarará la emergencia sanitaria nacional por el brote de viruela del mono que vive el país, en el que ya se han registrado miles de contagios, aunque, de momento, ninguna muerte.
“Estamos preparados para llevar nuestra respuesta al siguiente nivel”, explicó este jueves el secretario de Salud de EE.UU., Xavier Becerra, en una llamada con periodistas.
El anuncio ocurre luego de que los estados de Nueva York, Illinois y California declararan también un estado de emergencia por el rápido aumento de casos de este virus, endémico de África pero que desde mayo se ha detectado en al menos 75 países.
EE.UU. también nombró a principios de esta semana a dos funcionarios que se encargarán de atender el brote desde un nivel central.
De la misma forma, el pasado julio la Organización Mundial de la Salud (OMS) también emitió una alerta global por la viruela del mono, lo que supone su advertencia máxima.
Desde que se registraron los primeros casos en mayo, activistas y expertos en salud pública han pedido tanto a la OMS como a los distintos gobiernos del mundo una atención del virus más rápida, para evitar que se establezca como una enfermedad endémica fuera del continente africano.
Estos grupos también han alertado sobre la discriminación contra la población LGBTTQ+, comunidad en la que se ha registrado un alto número de casos y que ha enfrentado enormes retos al momento de buscar atención médica.
Ingresa a: Tzintzuntzan, la capital del Imperio Purépecha; conócela en Michoacán
Identificada primero en monos en 1958, y luego en humanos en 1970, la viruela del mono es una enfermedad que causa fiebre, dolores de cabeza y lesiones en la piel que en ocasiones contienen pus.
Cualquier persona puede estar en riesgo de contagiarse, aunque la mayoría de la población suele recuperarse en un periodo de dos semanas, de acuerdo con la OMS.
Sin embargo, podría significar un peligro para mujeres embarazadas, menores y personas inmunocomprometidas.