Durante los últimos años ha comenzado a tomar relevancia un esquema que podría permitir transitar hacia procesos eficaces en la gestión de residuos, cambiar los modelos lineales de producción-consumo y disminuir los impactos humanos en la naturaleza. Este modelo es la economía circular, la cual se basa en el cambio de los esquemas de producción y consumo sustentados en una economía lineal de extracción-producción-consumo-desperdicio, para pasar a un sistema en el que se cierren los ciclos de producción y se mantenga un flujo constante de los recursos naturales, sin que el producto pierda valor en sus procesos.
De acuerdo con un informe de ONU Medio Ambiente, lograr transitar hacia una economía circular podría reducir entre un 80 y un 99% los desechos industriales en algunos sectores y entre un 79% y un 99% de sus emisiones.
La economía circular es una fuente potencial de generación de empleos. En este momento, en América Latina el 50% de los residuos sólidos son materia orgánica, de la cual el 90% se va a la basura y no se usa. Según la Comisión Económica para América Latina y El Caribe, mejorar la eficiencia y la vida útil de materiales en Latinoamérica llevaría a la creación de 5 millones de empleos y mejoraría la resiliencia de las cadenas productivas.
En este sentido, la economía circular puede representar una estrategia eficaz contra el abuso de los recursos naturales para producir y consumir cosas cuya vida útil muchas veces no es mayor a un lapso corto.
La importancia de contar con una economía circular es que contribuiría a lograr procesos que deriven en un beneficio ambiental al mismo tiempo que se asegura el crecimiento económico y la equidad social.
Cabe señalar que para lograr una implementación absoluta de la economía circular, es necesario involucrar a los diferentes sectores de la producción, desde legisladores e instituciones normativas, hasta los que adquieren el producto terminado, se trata de un cambio sistémico cuya aplicabilidad es transversal. La adopción de la norma a la Economía Circular implica fuertes cambios sociales y económicos, por lo que es importante evaluar su implementación y contar con la participación fundamental de los tres órdenes de gobierno, la sociedad civil y la industria.
Ingresa a: 19 de septiembre y la cultura de la prevención
De implementarse una regulación en materia de economía circular en México se podrían obtener beneficios en muchos sectores como: energía limpia, gestión de residuos, agua, ciudades verdes, innovación, resiliencia contra el cambio climático, generación de empleo, entre otras.
Uno de los puntos más importantes relativos a la economía circular es que, este modelo, es un paso muy grande para avanzar hacia la justicia social y la justicia ambiental. Estos temas son de suma importancia para lograr garantizar plenamente los derechos humanos de todos los habitantes de este país.