Las universidades y en general la escuela pública nos ha enseñado a aprender, y a enseñar para quienes somos docentes, en su generalidad, no puedo expresar un totalitarismo, el conocimiento de los vencedores de la historia. Los vencidos quedaron fuera de las universidades, por ello, es fundamental descolonizar también la universidad, la escuela pública y la historia de la sociedad explicando las realidades sociales.
Cuando me toca disertar, ante grupos en situación de vulnerabilidad: jóvenes, adultos mayores, y otros segmentos poblacionales, siempre hablo de la importancia de escuchar a los “lego” (los no profesionales, para mí son importantes), aquel sujeto social que es considerado como no portador de conocimiento desde la perspectiva de las ciencias. Al contrario pienso que el sujeto social que vive y siente la realidad social permanente es fundamental para la comunicación dialógica entre éstos y los sujetos científicos.
Durante mucho tiempo me toco encabezar luchas sociales que coadyuvaron en la construcción de movimientos sociales de grupos en situación de vulnerabilidad. En el caso de la diversidad sexual, movimiento social que inicié en Michoacán, la lucha social permitió ir construyendo varias cosas para mejorar las condiciones de vida de éste segmento de población: primero, la creación del discurso de la diversidad sexual que no existía más que para estigmatizarlo y oprimirlo y que me toco construirlo como discurso, y segundo, igualar los tiempos para emparejarnos en dicho discurso toda vez que desde 1917 no se habían considerado las sexualidades emergentes o disidentes sexuales y por tanto no existían, y por ello, eran oprimidos, discriminados y llevados a la represión violenta. Sin duda alguna el 2011, me permitió abrevar de un nuevo discurso desde los derechos humanos ya positivizados en nuestro marco jurídico; además comprender y aprender de las luchas sociales del Occidente, sobre todo en España.
Así, de un discurso que tenía ausencia sobre el tema, hoy en el discurso político y legislativo está presente, tal vez sea una de las grandes contribuciones de la sociedad civil, encabezada por la Organización Grupos de Facto Diversidad Sexual en Michoacán; son estas contribuciones de complementariedad.
Por ello, reitero que el conocimiento también se encuentra en la lucha social que no necesariamente es conocimiento científico, pero que conoce, tiene experiencia y eso hace al “lego” una persona sabia, con capacidad para dialogar con el científico, con el científico social, en la vida me ha tocado convivir con personas sabias de comunidades indígenas, de colonias en condiciones de precariedad y de jóvenes que viven en zonas rurales, en el rancho como ellos me dices y del cuales he abrevado gran conocimiento, como en el caso de Rafael García, con quien preparo un libro sobre violencia.
Debemos reconocer que en estas luchas sociales, pero también en el mundo en general circulan muchos conocimientos de diversa índole: conocimientos artesanales, vernáculos, populares; conocimientos de mujeres con información que recibieron de sus antepasados de herbolaria, de manejo medicinal de animales y minerales; conocimientos de campesinos para el manejo de los árboles, su corte, las podas, el manejo de las colmenas o los murciélagos para la polinización; conocimientos de los hombres indígenas en sus cosmovisiones, el trueque y en general las personas que circulan y se fraguan en las luchas sociales, como en alguna ocasión me toco como activista social.
Sin embargo, en general todos pensamos que el pensamiento científico es el único válido, y yo digo no, el pensamiento común aquel que surge de la lucha social, que son nacidos de un esfuerzo, de un trabajo para rescatar lo propio es también importante, toda vez que surgió del esfuerzo de quienes luchan contra las injusticias sistemáticas del colonialismo, del capitalismo y del patriarcado, cuyo propósito es la emancipación.
Por ello, será necesario seguir trabajando como dice mi gran maestro el Doctor Boaventura de Sousa Santos en que los jóvenes no piensen que su conocimiento es lo único, hay otros conocimientos, pero requerimos de evitar el monopolio con que se le da rigor a la ciencia. Por ello habría que pensar en otras formas de rigor para podernos integrar en el conocimiento científico con otros saberes, con otros conocimientos. Esto es la verdadera Ecología de Saberes.
Debemos de dejar los científicos sociales de ir a las comunidades a ser extractivistas, de ir a colonizar una y otra vez; debemos de respetar el conocimiento, y no pensar que somos nosotros los del conocimiento y tomar los conocimientos y sabiduría de la gente como una simple información.