Foto: Captura de pantalla

Morelia, Michoacán.- Yo tengo dos sueños importantísimos en la vida: volver a caminar y reconstruir México, se levanta México y me levanto yo… sé que lo voy a hacer, expresó Eduardo Zarate, joven michoacano que ya es reconocido en todo el país debido a la labor que realizó en la Ciudad de México, el pasado 19 de septiembre luego del sismo de 7.1 grados Richter que se registró en el territorio mexicano y que dejó daños en entidades como Morelos, Puebla y la Ciudad de México.

El joven que desde hace casi un año está en una silla de ruedas debido a una lesión lumbar, se dirigía hacia el municipio de Zinapécuaro, donde están sus raíces y donde llegaría a realizar labores para formar equipos de futbol y hacer un torneo con los jóvenes de esa demarcación cuando recibió junto con un grupo de amigos, la llamada que si bien no cambió su vida, si le dio un giro trascendental.

En la ciudad de México, uno de sus compañeros quedó atrapado en uno de los derrumbes que se registraron ahí, sin pensarlo, Eduardo y sus amigos iniciaron una colecta entre compañeros, familiares y conocidos para llevarlos a donde fueran necesarios, además de la principal razón para acudir: buscar a su amigo y saberlo con vida… para nadie es ajena esta historia, la conocen ya todos los mexicanos, y es que Eduardo, resaltó entre quienes realizaban tareas de levantamiento de escombros debido a una fotografía que lo mostró en su silla de ruedas.

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Y aunque para el pueblo mexicano, la historia de Eduardo es “extraordinaria” pues a pesar de su condición y estar en silla de ruedas, estuvo ayudando a levantar escombros, para él es un acto de solidaridad como el de cualquier otro que ahí apoyó solo que dice “en México hace falta la cultura de la inclusión, de otra forma no habría causado tanto impacto mi fotografía en silla de ruedas”.

Para Eduardo la sociedad mexicana está lastimada, está dañada y él tiene la convicción de que puede ser diferente y espera “un cambio verdadero en las conciencias de las personas la veo dañada, la veo lastimada porque hemos sido engañados hemos sido estafados por la misma sociedad, por nuestros gobernantes por muchas situaciones”, comenta el joven.
Eduardo también fue testigo cuando estuvo entre la gente que lo perdió todo, que las autoridades tardaron en llegar hasta los más afectados y es así como lo expresa:

“Honestamente no estaban llegando, las autoridades estaban tardando en actuar y eso indigna, porque era ayuda del pueblo para el pueblo y es cuando la sociedad empieza a estar en una completa solidaridad empiezan a llegar los apoyos”.

Aunque para Eduardo las cosas han cambiado radicalmente, él desea continuar con su vida común, ir a sus terapias, ver a su familia, seguir trabajando en la asociación a la que pertenece y que además de labores deportivas realizan actividades culturales, educativas y sociales, sí aprovechará la oportunidad que hoy tiene para ser la voz de aquellos que dice, han sido olvidados o relegados. Y además trabaja ya en la formación de una asociación que se dedicará primeramente a levantar viviendas para quienes lo perdieron todo y ha sido enfático en que ese día estará ahí para ser testigo ahora, de la felicidad que pueda imprimir en muchas familias.

Ireri Piña es licenciada en Periodismo, reportera de Educación, Turismo, multifuente. Contadora de historias y causas sociales; michoacana, moreliana