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El fundador del extinto Cártel de Guadalajara, Ernesto Fonseca Carrillo, alias Don Neto, salió este jueves del penal de Puente Grande, en Jalisco, para cumplir el resto de su condena en arresto domiciliario, confirmaron las autoridades.

Fonseca, alias Don Neto y acusado del asesinato de un agente de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA), dejó la cárcel a las 23:30 horas para cumplir en su casa lo que resta de la sentencia de 40 años que recibió en 1985, declaró el jefe de prisiones federales de México, Eduardo Guerrero.

Como medidas de prevención, el narcotraficante llevará un brazalete electrónico y será vigilado por un circuito cerrado de televisión y por guardias desplegados en su domicilio, en el Estado de México.

Don Neto fue trasladado desde el penal de Puente Grande hasta el aeropuerto de Guadalajara, desde donde voló a Toluca, y de allí fue trasladado vía terrestre a su casa.

Johana Fonseca, una de los 15 hijos de este legendario capo, dijo en entrevista que la familia “está a la expectativa, emocionada y contenta”. Afirmó que, con casi 86 años, Don Neto está enfermo y que, con el arresto domiciliario, esperan darle “el cuidado que necesita”.

El fundador del Cártel Guadalajara padece 18 enfermedades de diferentes tipos, entre ellas un tumor de colon y glaucoma avanzado en ambos ojos, además de estar deprimido, lo que ha empeorado su salud.

“Es una persona de edad muy avanzada que va a seguir con su sentencia, pero tiene derecho a la salud y a la vida”, dijo la hija, que reconoció que este tipo de noticias, la liberación de capos de la droga, “no son del agrado de la opinión pública”.

De esta manera, se cumplió el requerimiento que la Secretaría de Gobernación envió a Eduardo Guerrero para que atendiera una resolución judicial que permitía al capo obtener un arraigo domiciliario.

En enero de 2015 un juez federal le concedió el confinamiento domiciliario debido a su avanzada edad y a sus problemas de salud, una decisión que no se había concretado.

Pero el Ministerio Público Federal postergó en tres ocasiones la ratificación de la “idoneidad del domicilio”, según denunció la familia del capo en mayo pasado.

Horas antes de su salida, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio, confirmó a los medios que, agotadas “todas las posibilidades legales para que este delincuente pueda seguir en prisión”, se debía acatar la orden judicial que le otorgaba prisión domiciliaria.

Fonseca Carrillo estaba recluido en el penal de máxima seguridad de Puente Grande desde 1985, cuando fue sentenciado a 40 años por el secuestro y asesinato ese mismo año del agente de la DEA Enrique Camarena y su piloto, Alfredo Zavala, y aún le quedan por cumplir nueve años de condena.

De igual forma, fue acusado de tráfico y acopio de armas de fuego, así como de porte de armas de fuego de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas.

Fundó el cártel de Guadalajara entre las década de 1970 y 1980 junto con Miguel Ángel Félix Gallardo, hoy preso, y Rafael Caro Quintero, quien obtuvo su libertad en 2013 mediante un fallo judicial que luego fue revocado, por lo que ahora es prófugo de la justicia.

Ese cártel fue una de las primeras organizaciones criminales mexicanas en trabajar con las mafias colombianas de la droga.


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