Un equipo de científicos expuso la superficie original de lo que tradicionalmente se considera la tumba de Jesucristo, la cual se encuentra en la Iglesia del Santo Sepulcro en la Ciudad Vieja de Jerusalén.
Es la primera vez que la tumba se abre en siglos, y lo hacen con la finalidad de evitar que se convierta en una “montaña de arena”.
Así podría haber quedado en cuestión de décadas la sagrada roca que albergó el cuerpo y el sudario de Cristo durante tres días, señaló Antonia Maropoulou, directora científica del proyecto.