Alcaldes y diputados locales de Morena, “cooptados por gobernadores”: Monreal
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Salíamos de MVS cuando nos topamos con José Antonio Meade. El candidato presidencial de la coalición PRI-PVEM-Panal llegaba a la radiodifusora para una entrevista con el conductor Luis Cárdenas.

En la puerta ya lo esperaba Felipe Chao, vicepresidente de relaciones institucionales de esa empresa.

Lo vimos llegar en un Jetta color rojo. Lo acompañaba el chofer de siempre. Venía sin escoltas, sin su gente de prensa.  Bajó del auto y se detuvo unos segundos a saludar.

De inmediato nos dimos cuenta de que no era el Pepe Toño afable y apapachador de siempre. El gesto serio, la palabra corta, la mirada distraída. La cosa no está para llevar una cara sonriente.

Y es que Meade se había despertado con la encuesta del periódico Reforma que lo coloca muy rezagado (14 por ciento de las preferencias electorales). La medición la encabeza Andrés Manuel López Obrador (33 por ciento), pero ubica a Ricardo Anaya en pleno ascenso (25 por ciento).

—¿Cómo viste la encuesta?, le preguntamos.

—Muy difícil, respondió lacónico.

—¿Y el “acelerón” de Anaya?, insistimos.

—Propaganda, reviró.

Estiró la mano para despedirse antes de que lanzáramos la siguiente pregunta y siguió su camino hacia la cabina de la emisora.

  • El senador Miguel Ángel Chico no se la perdona a Enrique Ochoa. Ya se sumó a la revuelta en el PRI.

Sin ambages, pide abiertamente la renuncia del dirigente nacional del tricolor, Enrique Ochoa Reza.

“Le ha faltado conocer al PRI. No tiene oficio político. No escucha, ni le pone atención a la militancia. Lo afirmo en consciencia. Asumo la responsabilidad de mis dichos”, señaló.

¿Y por qué el enojo?

Chico aspiraba a ser el candidato del PRI a la gubernatura de Guanajuato. Trabajó duro para ello. Pero no fueron sus tiempos. La decisión del centro recayó en Gerardo Sánchez, exlíder nacional de la CNC.

Miguel Ángel empezó a notar cosas raras cuando el CEN envió a un representante al informe legislativo de su adversario, pero no al de él. Le llamó al presidente del PRI una, dos, tres veces para pedirle una cita.

La secretaria de Ochoa le dijo que estaba “enlistado”, pero nunca confirmó fecha y hora.

Le mandó mensajes vía celular. El vacío.

Le dolió que lo hicieran a un lado así nomás. Le indignó haberse enterado del dedazo que favoreció a Sánchez en una llamada que éste le hizo para invitarlo a su destape.

“El que debió haberme informado es el presidente del PRI. Pudieron habernos llamado al CEN a los aspirantes. Explicarnos que la decisión era por Sánchez. Lo hubiese entendido. Pero no lo hicieron. No hubo operación política”, contó Chico.

Y sacó una frase del ideólogo mayor del PRI, Jesús Reyes Heroles: En política, la forma es fondo. Ochoa no lo entiende.

Al senador  guanajuatense ya se le acercaron de Morena y del PVEM para hacerle propuestas. No nos dijo cuáles. Ambos partidos ya tienen candidato en Guanajuato. Una diputación federal no le interesa. Por lo pronto se queda a legislar.

Joel Ayala, líder de la FSTSE, anda en la misma sintonía.  Quiere que se vaya Ochoa. Lo dijo primero abiertamente —en entrevista con Gerardo Segura, de TV Azteca— y luego veladamente.

“Estamos conscientes de que hay que afinar. Hay que hacer ajustes. Particularmente en la dirección del Partido Revolucionario Institucional”, señaló.

No todos en la bancada del PRI quieren que se vaya  Ochoa. hay quienes manifiestan abiertamente su desacuerdo con la idea de “descabezar” al CEN.

Uno de ellos es Patricio Martínez, exgobernador de Chihuahua.

Dice al respecto: “En todos los partidos hay movimientos telúricos. El PRI no es la excepción. Pero descabezar no es la solución. Hay que hacer ajustes, sí, pero no cortar todas las cabezas. Debemos reforzar las convicciones que nos llevaron al partido”.

  • El coordinador se los senadores del PAN, Fernando Herrera, salió ayer del Salón de Plenos en los momentos en que se empezó a discutir la licencia del “rebelde” Roberto Gil Zuarth.

No quería oír la cascada de elogios al otrora presidente de la Comisión de Justicia, uno de sus detractores. De izquierda a derecha. De Manuel Bartlett a Mariana Gómez del Campo, hablaron bien de Gil.

Cuando Herrera caminaba hacia sus oficinas lo alcanzamos para preguntarle si no iba a hacerle un reconocimiento al exsecretario particular de Felipe Calderón. “Ya hay varios que lo están haciendo”, nos dijo, al tiempo que giró la cabeza hacia el Salón de Plenos.

—¿No les abre un hueco?, le preguntamos.

—Sí, nos abre un hueco en el escaño, respondió, mordaz, el coordinador azul.

  • El caso de Alejandro Gutiérrez, exsecretario general adjunto del PRI, en prisión preventiva en una cárcel de Chihuahua por presunto peculado, fue atraído por el juez federal Gerardo Moreno García.

El citado juez alega que el juzgado del fuero común de Chihuahua no es competente para llevar el proceso de Gutiérrez, cercano a Beltrones, porque, dice, los recursos que se habrían desviado estaban comprometidos con el ramo educativo y son de naturaleza federal.

¿Y de las denuncias de tortura contra Gutiérrez interpuestas en la PGR qué? ¿Nos olvidamos? ¿Son parte de los acuerdos de Bucareli? Veremos.

  • Recibimos un WhatsApp de Salomón Chertorivski, otrora secretario de Desarrollo Económico del GCMX con Mancera; exaspirante a la candidatura para la alcaldía capitalina.

En ese mensaje informa que aceptó la invitación para unirse a la campaña de Ricardo Anaya. Será el responsable de la propuesta y el programa de gobierno.

“Me entusiasma que podamos lograr un verdadero debate de ideas y propuestas, que sean éstas la base de la contienda y no el encono o la descalificación”, asegura.