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Alemania designó este domingo como presidente a su ex ministro de Relaciones Exteriores Frank-Walter Steinmeier, al que la prensa define como un antiTrump por sus críticas hacia el presidente estadunidense.

La función de presidente es esencialmente honorífica en Alemania, donde el poder está en manos del canciller y el Parlamento, pero suele ser una figura respetada.

El responsable socialdemócrata, de 61 años, obtuvo el 75 por ciento de los sufragios de los mil 260 grandes electores que participaron en la votación, en su mayoría parlamentarios de las dos cámaras del Parlamento.

En su primer discurso como presidente, Steinmeier no hizo ninguna referencia directa a la situación en Estados Unidos, pero sí hizo un llamamiento para “defender” “la democracia y la libertad”.

“Cuando las bases (de la democracia) vacilan, tenemos que sostenerlas más que nunca”, declaró, insistiendo en que la “cohesión de la sociedad” es primordial “en estos tiempos turbulentos”.

Steinmeier estaba seguro de ganar ya que contaba con el apoyo de su partido, el SPD (socialdemócrata), y de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de la canciller Angela Merkel, que integran la coalición gobernante y tienen la mayoría de los votos en el Parlamento.

El que fue ministro de Exteriores durante más de siete años (2005-2009, 2013-2017), y también rival derrotado por Merkel en las elecciones de 2009 a la Cancillería, sucede al presidente Joachim Gauck, un expastor disidente de la ex RDA comunista.

 


Trump ‘predicador de odio’

Conocido por hablar sin rodeos cuando era jefe de la diplomacia, Steinmeier atacó varias veces al presidente estadunidense Donald Trump el año pasado. Durante la campaña electoral en Estados Unidos, calificó al republicano de “predicador de odio”.

“Como presidente quiero ser un contrapeso a la tendencia sin límite a la simplificación”, prometió esta semana en Múnich, “es el mejor antídoto contra los populistas”.

El diario Berliner Morgenpost asegura que “Steinmeier quiere ser un presidente antiTrump”, después de que el mandatario estadounidense haya multiplicado las críticas contra Alemania.

El futuro presidente alemán, muy apreciado en Europa Occidental, no goza de la misma popularidad en el este del continente donde sus posturas, consideradas a veces como prorrusas, han suscitado preocupación.

El año pasado calificó el aumento de la presencia de la OTAN en la frontera con Rusia de “ruido de botas” inútil.

 


Merkel en peligro

En el ámbito interior, la elección de Steinmeier supone una nueva señal del debilitamiento político de Merkel, a menos de siete meses de las elecciones legislativas en las que se afrontarán la CDU y los socialdemócratas.

“Desde el punto de vista de los socialdemócratas, la elección de Steinmeier es el preludio de algo mucho más importante: una victoria en los comicios de septiembre frente a Merkel”, algo que parecía “imposible” hasta hace poco, opina Michael Bröning, politólogo de la Fundación Friedrich Ebert, cercano al SPD.

La canciller conservadora tuvo que resignarse a finales de 2016 a respaldar a su exrival, al no haber logrado encontrar un candidato de consenso entre sus filas. Una derrota para Merkel, que afronta cierto descontento entre sus filas tras su decisión de abrir las fronteras a cientos de miles de migrantes en 2015 y cuya situación parece menos dominante que ante las anteriores elecciones.

A su derecha, el movimiento nacionalista AfD obtendría entre el 10 y el 12% en los comicios, según los sondeos. Y a su izquierda, donde Merkel había logrado muchos apoyos por su política centrista, los socialdemócratas están remontando de forma espectacular en las intenciones de voto desde que designaron como líder al ex presidente del Parlamento Europeo Martin Schulz.

En las dos últimas semanas, el SPD ganó 10 puntos en los sondeos y está casi empatado con el partido de la canciller.

Un sondeo del instituto Emnid publicado este domingo por el diario Bild le atribuye a los socialdemócratas un 32% de intenciones de voto frente al 33% del partido de la canciller, que muestra crecientes señales de nerviosismo. “¿Es el final de la era Merkel?”, se pregunta Bild, mientras el semanario Der Spiegel habla del “crepúsculo” de la canciller en su portada.