Exploran los desafíos migratorios entre México y Estados Unidos de cara a 2025.
Estados Unidos.-La dinámica migratoria entre México y Estados Unidos siempre ha sido un eje central en las relaciones bilaterales, cCon la llegada de 2025, se vislumbran retos significativos para los mandatarios de ambas naciones en este ámbito.
La futura presidenta mexicana Claudia Sheinbaum y el presidente entrante de Estados Unidos deberán abordar una complejidad de desafíos en el terreno migratorio.
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Anualmente, innumerables individuos buscan atravesar la extensa frontera de más de 3,000 kilómetros, motivados por la aspiración de una vida mejor, la huida de la violencia en sus lugares de origen o el anhelo de reunificación familiar.
Este punto de encuentro se ha convertido en una zona de alta vigilancia, con un despliegue considerable de fuerzas de seguridad para regular la migración.
Recientemente, el presidente estadounidense Joe Biden expresó en un comunicado de la Casa Blanca que “su administración ha pedido repetidamente al Congreso que actualice los estatutos de inmigración obsoletos e inadecuados, que cree un marco legal que sea funcional y aborde las realidades actuales, y que proporcione recursos adicionales para que podamos aplicar consecuencias de manera más efectiva en la frontera”.
La postura de Estados Unidos frente a la inmigración ha variado con los años, con estrategias que van desde la edificación de barreras físicas hasta políticas restrictivas en la admisión de migrantes. México, por su parte, ha sido un actor clave en la gestión del tránsito migratorio, estableciendo sus propias políticas de control.
En un pronunciamiento reciente, Claudia Sheinbaum denunció que “El día de hoy la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos hace válida la Ley SB4 de Texas que permite a cualquier oficial de ese estado, detener a cualquier persona ‘sospechosa’ de entrar sin documentos”. Además, enfatizó que “Siempre levantaremos nuestra voz en defensa de las y los mexicanos del otro lado de la frontera, que en buena parte sostienen la economía Texas”.
El desafío bilateral más apremiante será el de equilibrar la seguridad fronteriza con el respeto a los derechos humanos. Otro desafío inminente es la gestión eficiente de los procesos de asilo y refugio, actualmente desbordados por esperas extensas y procedimientos burocráticos que obstaculizan el acceso al asilo a quienes verdaderamente lo requieren.