Buscan probar que El Chapo no era líder del cártel de Sinaloa
Foto archivo: Internet

A Joaquín “Chapo” Guzmán, líder del “Cártel de Sinaloa”, no se le violan sus derechos humanos en el penal número 9 ubicado en Ciudad Juárez, Chihuahua, como lo han señalado sus familiares y abogado; se encuentra bien, concluyó la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).

Como parte del proceso que lleva el organismo para conocer si a Guzmán Loera no se le respetaban sus derechos, como el de visitas y un trato digno dentro de la prisión, la CNDH lo visitó en días pasados para comprobar su situación.

Ruth Villanueva Castilleja, tercera visitadora del organismo que encabeza el ómbudsman nacional, Luis Raúl González Pérez, informó que el recluso se encuentra bien, incluso aseguró que las autoridades han actuado conforme a la ley.

“Todo es legal, va conforme a la Constitución, es un esquema por la persona de la que se trata; no se le está violando nada, el aislamiento es cuando no se tiene contacto y él tiene visita conyugal, y sus abogados lo ven con frecuencia”, aseguró.

La esposa del “Chapo”, Emma Coronel Aispuro, y la defensa presentaron dos quejas por violaciones a los derechos del capo. Dijeron que se encontraba incomunicado, segregado de los demás presos y que su estado de salud estaba mal y empeoraba.

Al respecto, Villanueva Castilleja comentó que Guzmán Loera recibe un trato apegado a la ley y no está encadenado, ni mucho menos se atenta sobre él, que como toda persona adulta tiene problemas de salud, pero no es por falta de atención médica.

“Se platicó con él. El señor tiene visita familiar, conyugal, y de sus abogados. El tiempo les parece a ellos poco, pero no está incomunicado, no está encadenado. Se revisó su expediente clínico y sí es atendido médicamente”, puntualizó la visitadora.

Afirmó que el “Chapo” recibe un trato especial por la persona que es y porque está ahí por delincuencia organizada, pero ni en el penal 9 de Ciudad Juárez, ni en El Altiplano, se le violaron sus garantías individuales.

“Eso no quiere decir que se le violaron derechos humanos. En El Altiplano la CNDH estuvo en todo momento atenta sobre las condiciones; su esposa presentó la queja, se atendió. Se hablaba de las horas de sueño, también se atendió. La queja se concluyó por haber sido resuelta durante el trámite. Luego fue trasladado a Chihuahua, ahí la esposa volvió a presentar una queja y se hablaba de aislamiento, restricción de visita íntima, familiar, en locutorios con sus abogados, pero no es así”, enfatizó.

La visitadora de la CNDH dijo que estuvieron atentos a su situación desde que se recibieron las quejas, se revisó su expediente clínico y sí es atendido; insistió en que al capo lo visitan con frecuencia.

El líder del Cártel de Sinaloa fue capturado el 22 de febrero de 2014 por elementos de la Marina Armada de México en Mazatlán, Sinaloa, y trasladado al penal de máxima seguridad de El Altiplano.

Cuatro meses después, el 16 de junio, el gobierno de Estados Unidos presentó la primera solicitud de extradición; nueve días después, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) determinó que se reunían todos los requisitos del tratado de extradición en este caso.

Guzmán Loera se escapó de El Altiplano por un túnel el 11 de julio de 2015. Seis meses después, el 8 de enero de 2016, fue recapturado en Los Mochis por la Policía Federal, en coordinación con la Marina.

Desde su recaptura, su abogado y familiares comenzaron una campaña mediática en la que aseguraban que Guzmán Loera era víctima de malos tratos en la prisión y presentaron una queja ante la CNDH.

El 7 de mayo, el narcotraficante fue reubicado en Ciudad Juárez, donde su cónyuge también presentó la queja ante el organismo defensor de derechos humanos, mismo que concluyó que no existe tal situación.


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