La reflexión respecto a lo que esta pasando en América Latina, nos invita al análisis de varios escenarios para la construcción de una sociedad con justicia y sin desigualdad. No es una cuestión superficial abordar con insistencia el tema de la desigualdad, origen de muchos de los los conflictos en el Mundo. Chile, Ecuador, Bolivia, Perú, ejemplos de las luchas por la justicia y las resistencias institucionales. El interés por la defensa y el fortalecimiento de los privilegios de las minorías, han sido el factor que ha desatado en el fondo los grandes conflictos de América Latina. De hecho, hoy por hoy, pobreza y desigualdad se manifiestan en todos los aspectos de la vida cotidiana, agravios a derechos humanos, a pesar de que por la costumbre, se tenga dificultad para percibir sus diferentes expresiones.
Las Naciones Unidas destacan, que “el 80 por ciento de los países más pobres del mundo han sufrido una guerra de importancia en los últimos quince años”, agregando que “cuando las privaciones se unen a la injusticia y la dureza de las desigualdades, la historia ha demostrado que el conflicto armado, el terrorismo y otro tipo de violencia no están muy alejados”. Asuntos de reflexión, entonces, en estos tiempos de conflictos, de violencia, de tentaciones autoritarias, de resurgimiento de los militarismos, pero también de insistencia en la democracia para hacer prevalecer los derechos de las mayorías.
En el caso de Latinoamérica, en una reciente investigación realizada por el Observatorio de Medios de la Agencia Periodística del Mercosur, reveló la creciente militarización de América Latina y el silencio cómplice que respecto a este fenómeno guarda la mayoría de los gobiernos. La militarización en América Latina es cada vez más intensa y representa un riesgo para la estabilidad de cualquier país. El gasto militar ha ido en aumento en la misma medida que los Estados Unidos han ido ejerciendo un mayor control sobre sus áreas de influencia. Los datos más recientes indican que, el incremento militar alcanzó 7.2 por ciento. Una buena parte de esos gastos de miles de millones de dólares se concentra en la densa red militar que los Estados Unidos despliega sobre América Latina y que incluye la instalación de nuevas bases, movilización de tropas, ejercicios y operativos conjuntos, compra de armas y adoctrinamiento de cuadros militares latinoamericanos. No es casual la búsqueda de opciones distintas, políticas y económicas para el desarrollo de América Latina. Nada es casualidad, quien paga la OEA?.
Las izquierdas buscan construirse como alternativas viables y sin exito. No se trataría de solucionar los grandes problemas de la desigualdad de la región con soluciones improvisadas y ocurrentes, sino con medidas de fondo al corto, mediano y largo plazo. El derecho al empleo y al ingreso es básico pero insuficiente. La salud, la educación, la vivienda, la vulnerabilidad ante la violencia, el acceso igualitario a la impartición de justicia, la participación política y el disfrute de las creaciones del arte.
Todo indica que, más allá de un cierto límite a partir del cual las exigencias de los sectores marginados comienzan a hacer tambalear al sistema económico y ponen en peligro a los beneficiarios directos e indirectos, sólo el uso de la fuerza ha mantenido el orden establecido. Sin embargo, la historia nos muestra la vía, pero no por ello, la de mejores resultados. Habrá que esperar los desenlases, México es parte de esta Región y no es ajeno a los conflictos y escenarios de otros paises hermanos.
Licenciada en Administración de Empresas, egresada del Instituto Tecnológico de Morelia, Maestra en Administración de Negocios por el Instituto Tecnológico de Monterrey, tiene el Doctorado en Políticas Publicas por parte del Instituto de Investigaciones Económicas y Empresariales, ININEE, de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, así como la estancia Doctoral en la Universidad de Cornell en Nueva York, Estados Unidos