POR: Enrique Rivera Hernández
La democracia tiene varias formas de aplicación o utilización, puede ser la democracia representativa, la democracia participativa, la democracia directa o la democracia semi directa, esto por mencionar tan solo algunos aspectos.
La democracia representativa, se puede entender como la forma en que el pueblo es representado por quienes ellos mismos deciden elegir en medio de un proceso electoral, es decir, por voto directo, sin embargo, el poder político y la toma de decisiones no las ejerce directamente el pueblo, sino sus representantes, que pueden ser el presidente de la república, un senador, un diputado federal, un gobernador, un diputado local, o un presidente municipal.
La democracia participativa, puede ser considerada como una herramienta que se le brinda al pueblo a partir de la democracia representativa, en donde la población tiene la posibilidad de ser tomada en cuenta por medio de consultas para la toma de decisiones importantes.
De tal manera, que la democracia participativa requiere de cierta toma de conciencia del poder político que el pueblo tiene en sí mismo y con esta toma de conciencia, ejercer el poder popular en cualquier sentido.
Ingresa a: Redes sociales y manifestaciones ideológicas
La democracia directa, es la que se lleva a cabo por medio de asambleas, en donde esas asambleas con sus análisis y decisiones colectivas son las que direccionan el rumbo incluso de un país, algo muy similar a lo que los textos plantean que ocurría en la antigua Grecia.
En la democracia semi directa, se puede entender que se utilizan dos mecanismos, uno similar a una asamblea, en donde dichas asambleas son compuestas por las diversas cámaras, de senadores o diputados, y el otro mecanismo es que quienes integran esas asambleas, son los elegidos desde la democracia representativa.
Es decir, la democracia semi directa utiliza los mecanismos de la representatividad y la asamblea de la democracia directa.
Entendiendo lo anteriormente planteado, quizá se pueda dibujar la importancia de la toma de conciencia en cuanto a la herramienta de la democracia participativa y con ello su utilización en la vida política de México.
Ejemplos de democracia participativa pueden ser, la consulta nacional sobre el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, consulta sobre la construcción de la refinería de Dos bocas, consulta sobre la construcción del tren maya, consulta de juicio a ex presidentes y consulta por la revocación de mandato, por mencionar tan solo algunas.
En la aplicación de todos los ejemplos citados, se pueden apreciar varias características probablemente ideológicas, por un lado, quienes consideran que la población no tiene que ser consultada, dejando de lado la democracia participativa así como su utilización.
Por otro lado, quienes ejercen su poder como ciudadanos acudiendo a practicar este derecho de la democracia participativa y un tercero quizá, puede ser los que no participan en ninguna forma de herramienta democrática.
Y es que dichas posiciones ideológicas en cuanto a la democracia participativa tienen sus aristas.
Una probablemente es, quienes no le ven sentido a ejercer su derecho a ser consultados y que prefieran la democracia representativa sin responsabilidades, es decir, asumir una visión un tanto pasiva en cuanto a las decisiones que se puedan tomar en políticas públicas del país.
Otra puede ser, que quienes ejercen su derecho a ser consultados por medio de las herramientas de la democracia participativa, probablemente busquen implementar su responsabilidad ética como sujetos político-sociales, tomado una actitud proactiva en la toma de decisiones de políticas, bien sea a favor o en contra de determinada decisión.
Y una tercera posición es quizá, quienes aún sí entendiendo la herramienta de la democracia participativa, busquen deslegitimizar las consultas populares a la población, ello con el objetivo de que no sean tomados en cuenta en las decisiones importantes de la vida política, apostando posiblemente a la apatía, a la desilusión y al desamino como herramienta política para implementarlos con algún fin. De tal manera, que la tarea de seguirse formando políticamente en lo social, con la finalidad de generar análisis profundos es algo que no se puede dejar de hacer