Será el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) la instancia que defina el espacio que habrán de ocupar los mariachis en la capital michoacana, a partir de que el Ayuntamiento de Morelia anunció su próxima reubicación.
A dos meses de que se anunciara que la ubicación de los mariachis sería regulada por la autoridad, las diferencias existentes entre organizaciones de este rubro, han impedido que se pueda definir el espacio que otorgará el Ayuntamiento para la operación de los mismos.
En entrevista, el secretario de Servicios Públicos, José Luis Gil Vázquez detalló que hasta el momento se desconoce si los mariachis se ubicarán en la Plaza del Carmen, o si serán trasladados a Carrillo, tal y como se había señalado desde un principio.
Dijo que la situación aterriza en que no han existido acuerdos favorables entre los mariachis, pues mientras una organización ya reconocida como Asociación Civil, exige que su espacio de operación se concentre en la Plaza del Carmen, otra solicita que se asigne Carrillo.
“La idea es que nosotros necesitamos buscar una unión entre mariachis, para que pese a que existan muchas organizaciones, se generen acuerdos que favorezcan a las mayorías”.
Ante ello, el funcionario municipal expuso que bajo la observación del Ayuntamiento, el Instituto Nacional de Antropología e Historia se encuentra trabajando en el análisis físico de los dos espacios referidos (Plaza del Carmen y Carrillo), para con base en los resultados obtenidos, se defina qué plazuela presentaría las condiciones más favorables para convertirse en el nuevo búnker de los mariachis.
“Tenemos que esperar a que el INAH nos exponga el estudio que se está haciendo, porque para el municipio los dos lugares podrían ser ocupados sin ningún problema, pero se requiere un estudio para conocer la situación física que presentan ambas plazas”.
Una vez que se generen los acuerdos correspondientes, dijo que el Ayuntamiento trabajará en la certificación de los mariachis que operan en la ciudad, con la intención de garantizar tanto su seguridad como la de los ciudadanos que contratan sus servicios.
“Tenemos que certificar el funcionamiento de los mariachis para que exista responsabilidad en el Ayuntamiento, ante cualquier percance que se pudiera presentar al contratar un servicios”.
Con todo, aún es incierto el futuro que tendrán los mariachis, pues mientras los desacuerdos crecen entre quienes viven de este oficio, el municipio insiste en consensuar primeramente, para que posterior a ello se defina el espacio que será ocupado.
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