Foto: Archivo/Raúl Tinoco

Al paso de los últimos 36 años, el despoblamiento en el Centro Histórico de Morelia se ha elevado en un 65 por ciento, a consecuencia de la falta de capacidad económica que padecen los colonos del primer cuadro para restaurar sus viviendas.

De acuerdo con un informe otorgado por el Ayuntamiento que dirige Alfonso Martínez Alcázar, el crecimiento exponencial de comercios en el primer cuadro y la poca capacidad económica para rescatar viviendas en el Centro Histórico, han derivado en que el corazón de la ciudad se encuentra prácticamente abandonado.

El estudio que fue presentado por el gerente del Patrimonio Cultural de Morelia, Gaspar Hernández Razo, nos muestra que de 1980 a 2016, la población en el primer cuadro se redujo en un 65 por ciento, pasando de 65 mil habitantes a tan sólo 22 mil durante el periodo aquí señalado.

El informe detalla el despoblamiento de la siguiente manera: en 1980 existían 65 mil habitantes en el primer cuadro; para 1990 el número decreció a 55 mil; en el 2000 el registro pasó a 38 mil 988 personas y para 2016 se contabilizaron tan sólo 22 mil habitantes.

En este contexto, un aspecto sobresaliente ha sido el despoblamiento del centro histórico, cuya población era de 38 mil 988 personas en el año 2000 y, diez años después, disminuyó a 28 mil 114 habitantes; de mantenerse esa tendencia, para el año 2030 se contará con 15 mil 085 residentes en esta área.

Por el contrario, el resto de la ciudad de Morelia se ha expandido en su territorio y número de habitantes, registrándose un incrementó de 415 mil 112 habitantes en 1990, a 597 mil 211 en el año 2010.

Con base en el Programa de Desarrollo Urbano de Centro Histórico de Morelia (PPDDUCHM), se expone que a consecuencia del despoblamiento, la vivienda también ha presentado un comportamiento irregular, ya que en la actualización de este estudio en 2011 se expuso que en el año 2000 se registraron 9 mil 918 viviendas, en el año 2005 la cifra disminuyó a 9 mil 136 y para el año 2010 se contabilizaron 11 mil 909. Si bien este último dato implicó un incremento de más de 2 mil 700 viviendas en comparación con el año 2005, el índice de hacinamiento y el número de hogares disminuyó, lo cual significa que en efecto, existen más inmuebles con uso de vivienda pero el número de sus ocupantes ha disminuido.

Además de la disminución de la población ya señalada anteriormente, mediante un estudio realizado por el Ayuntamiento de Morelia en el año 2010 se registró una población de 8 mil 828 hombres y 11 mil 861 mujeres; casi el 47% se encontraba entre los 15 y los 54 años, en tanto que el 30% pertenecía a la tercera edad. Estos datos revelaban un proceso de envejecimiento similar al del resto del país y una disminución de los pobladores al incrementarse la edad, comportamiento similar al resto del municipio, no obstante, en el caso de esta área urbana en particular, era notorio que al aumentar la edad se acentuó la preponderancia de la población femenina.

El 46% de la población tenía una edad que la ubicaba en una etapa de vida productiva, en tanto que el 24% se encontraba en una edad escolar. De las personas encuestadas, un 22% manifestó ser profesionista, el 18% dijo dedicarse al comercio dentro del primer cuadro y el 16% eran estudiantes.

Un aspecto relevante fue que en el 42% de los casos manifestaron tener una permanencia mayor a 31 años como residentes de la zona de estudio, en tanto que un 32% se ubicó en un rango entre los 10 y los 30 años de habitar en el sitio. Si bien un 40% de los residentes había permanecido durante toda su vida en el centro histórico, un 60% manifestó que anteriormente había tenido su domicilio en otras áreas urbanas fuera de esa demarcación, sin que en ambos casos se esclareciera cuál era el beneficio de vivir en ese sitio desde la perspectiva de ambos grupos.

En relación con la movilidad, el 48% de los encuestados afirmó contar con un vehículo particular, no obstante la mitad de ellos manifestó no contar con una cochera en su casa, en tanto que sólo el 39.70% de los mismos externó utilizar alguna pensión o estacionamiento para guardar su vehículo, por su parte, el 12,3% restante no declaró en qué lugar estacionaba su automóvil. No obstante que casi la mitad de la población encuestada dijo contar con vehículo particular, el 64.70% de ésta mencionó hacer uso del transporte público; del resto de los encuestados que no contaban con vehículo propio, el 95.94% declaró utilizar el transporte público, mientras el resto prefería caminar.

Una parte de la encuesta se destinó a obtener información mediante la cual se pudiera inferir el grado de identidad de los residentes en relación con su barrio y el Centro Histórico en general. Del total de encuestas aplicadas, sólo el 59,85% dijo conocer el nombre del barrio en el que vivían.

Respecto a su nivel de participación en actividades comunales, como son celebraciones, tradiciones o festividades religiosas, sólo el 30,58% dijo participar en ellas.

Además de lo anterior, únicamente el 49,29% de las personas refirieron que mantenían una relación de amistado o de trabajo con sus vecinos, lo que permitió deducir un debilitamiento tanto en la interacción social como en la identidad de los residentes con respecto a su barrio y al Centro Histórico

Acerca de la propiedad de los inmuebles que habitaban, el 75% de los residentes encuestados manifestaron ser los propietarios de los mismos, en tanto que únicamente el 38,67% de ellos dijo tener conocimiento de que su propiedad era un monumento histórico, información que el resto dijo ignorar. Del total de los propietarios, el 83,80% mencionó que daba mantenimiento regular a su vivienda y el 16,2% respondió lo contrario; por su parte, de los que manifestaron ser arrendatarios, el 86,11% señaló cuidar de manera regular el estado de conservación de la propiedad.

En relación con su entorno, el 33,33% de la muestra mencionó problemas comunes en sus barrios, destacando la necesidad de una mayor seguridad y vigilancia que les permitiera tener una mejor calidad de vida.

Más del 90% de los encuestados, señalaron sentirse satisfechos de vivir en el centro histórico, destacando las siguientes causas: la cercanía con diferentes tipos de equipamiento, la proximidad con el comercio y los servicios, que en conjunto suman un 51%, así como el privilegio de vivir en una Zona de Monumentos (5%), en tanto que el 11% indicaba la facilidad de comunicación hacia toda la ciudad por la concentración de transporte público en el área.

Bajo este panorama, sin lugar a dudas un punto a destacar es que de continuar con esta tendencia de disminución poblacional sobre el primer cuadro, para 2030 el número de habitantes en esta zona podría decrecer a tan sólo 15 mil 085, pese a que en el año 2000 el número de pobladores se había mantenido en 38 mil 988.


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