Roma.- El papa Francisco ha declarado como “inadmisible” la aplicación de la condena de pena de muerte como resolutivo en procesos legales.
El sumo pontífice autorizó la modificación del artículo 2267 del Catecismo de la Iglesia Católica, para rechazar el uso de esta medida como una condena en cualquier caso y también pide su abolición en todo el mundo.
Este artículo 2267 del Catecismo de la Iglesia Católica fue aprobado en el año de 1992 anteriormente señalaba que “la enseñanza tradicional de la Iglesia no excluye, supuesta la plena comprobación de la identidad y de la responsabilidad del culpable, el recurso a la pena de muerte, si esta fuera el único camino posible para defender eficazmente del agresor injusto las vidas humanas” (Sic).
Por lo que con la modificación autorizada ahora explica que “durante mucho tiempo el recurso a la pena de muerte por parte de la autoridad legítima, después de un debido proceso, fue considerado una respuesta apropiada a la gravedad de algunos delitos y un medio admisible, aunque extremo, para la tutela del bien común, pero hoy está cada vez más viva la conciencia de que la dignidad de la persona no se pierde ni siquiera después de haber cometido crímenes muy graves. Además, se ha extendido una nueva comprensión acerca del sentido de las sanciones penales por parte del Estado. Se han implementado sistemas de detención más eficaces, que garantizan la necesaria defensa de los ciudadanos, pero que, al mismo tiempo, no le quitan al reo la posibilidad de redimirse definitivamente” (Sic).
El papa Francisco no es la primera ocasión en la expresa su rechazo contra la pena de muerte, en una carta dirigida al presidente de la Comisión Internacional contra la Pena de Muerte en marzo de 2015, afirmó que “hoy en día la pena de muerte es inadmisible por cuanto grave haya sido el delito del condenado”.