Otra vez Alejandra Barrales dio nota. La presidenta del PRD regresó ayer, intempestivamente, a su escaño en el Senado. La necesidad de equilibrar la correlación de fuerzas en la dividida y disminuida bancada amarilla la llevó de regreso a ese elefante blanco que se ubica en Reforma e Insurgentes.
“Hay que rescatar al grupo parlamentario”, nos dijo, cuando le preguntamos los motivos de su regreso.
- Al destituido coordinador del GPPRD, Miguel Barbosa, degradado a “gato de (Emilio) Gamboa” por el diputado del amarillo Guadalupe Acosta Naranjo, no le gustó ni tantito el regreso de la exsindicalista.
El expresidente de la Mesa Directiva del Senado se colgó de las últimas reformas a los estatutos para declarar “ilegal” la doble tarea de Barrales: presidenta del CEN y senadora.
Su aliado en la bancada amarilla, Raúl Morón, se aferra —y fuerte— a la ilusión de ser coordinador de la bancada de un partido que no lo quiere allí. Alega que 15 de los 19 senadores que integraban el grupo lo eligieron a él como jefe de la bancada.
Omite mencionar que seis de ellos ya no militan en el PRD y que otros cuatro anunciaron que en breve se van con López Obrador o por la libre.
De los 13 senadores que siguen afiliados al partido sólo fueron ocho a la reunión en el CEN, en la que Dolores Padierna ya fue designada oficialmente como coordinadora del GPPRD en el Senado. Y Fernando Mayans quedó como vicecoordinador.
Los ocho son: Iris Vianey, Adolfo Romero Lainas —que eran parte de los 15—, Angélica de la Peña, Luis Sánchez, Isidro Pedroza, Alejandra Barrales, el mencionado Mayans y Dolores Padierna.
- En el PRD se exige la aplicación de los estatutos sólo cuando sirve a los intereses de una corriente o a algún personaje. De otra manera, ni se acuerdan de la legalidad.
Ahora resulta que los senadores Barbosa y Morón están muy preocupados por el regreso a la Cámara alta de Barrales, sin renunciar a la presidencia del partido. Argumentan que la exlíder sindical viola el artículo 111 de los estatutos, que impide sentarse simultáneamente en el escaño y en la silla de la presidencia del PRD. Y, sin embargo, en la misma situación están Raúl Flores, CDMX; Omar Ortega, Estado de México; Candelario Pérez, Tabasco. Son legisladores y presidentes. Pero ahí sí, como no afecta sus intereses, nada dicen.
Le preguntamos a Barrales sobre la validez del argumento de que viola el artículo 111 de los estatutos.
“La reforma fue posterior a mi designación y no aplica de manera retroactiva. Son las mismas circunstancias de Flores, Ortega y Pérez”.
“Son legisladores y presidentes locales del partido, porque fueron electos antes de la reforma. A ellos tampoco se les aplica de manera retroactiva”, manifestó la senadora.
- Martha Tagle era la suplente de Barrales. Se enteró en el noticiario de Luis Cárdenas, en MVS, que estaba a punto de dejar de ser senadora. “Siempre supe que en cualquier momento regresaba. Aproveché el espacio al máximo. Estoy satisfecha”, nos dijo después.
Desde su llegada, Martha se declaró independiente. No quiso mamar de la ubre del GPPRD, como los seis que renunciaron al partido, pero se quedaron en el grupo cobrando las prerrogativas. Eso la honra, la hace diferente.
La mujer iba a presentar el día de ayer una iniciativa para evitar que, en lo oscurito, se designen magistrados de la SCJN; del Tribunal Electoral, de consejeros del INE, del fiscal anticorrupción, del fiscal general…
Su labor fue reconocida por los panistas Jorge Luis Preciado, Marcela Torres Peimbert, Ernesto Ruffo y el perredista Luis Humberto Fernández. El exconsejero presidente del IFE (ahora INE), Luis Carlos Ugalde, uno de los integrantes que acompaña el nombramiento del fiscal anticorrupción, hizo también declaraciones en el Senado.
El hombre precisó que el lugar donde se pactan esas designaciones “en lo oscurito” no es otro que la Junta de Coordinación Política, órgano de gobierno en las dos cámaras. Bautizó a la Jucopo como “la caja negra”. Ugalde nos dijo que los integrantes del Comité de Acompañamiento le solicitaron al panista Fernando Herrera, presidente de la Jucopo en el Senado, sacar de la “caja negra” la elección del fiscal anticorrupción.
- Unos lo vieron como el destape de José Narro Robles como precandidato presidencial del PRI. Otros no le dieron mayor importancia al hecho que el secretario de Salud haya sido el orador principal en el acto de conmemoración del 23 aniversario del asesinato de Luis Donaldo Colosio.
Pero el exrector de la UNAM, a quien la reportera Ivonne Melgar, de Excélsior, bautizó públicamente como El Bernie Sanders mexicano, tejió un discurso como si ya estuviera en campaña y su rival a vencer fuese Andrés Manuel López Obrador.
Dijo el doctor: “Duele e inquieta el desdén y ligereza de juicio respecto de las instituciones mayores, entre ellas la Presidencia a las Fuerzas Armadas. Por ello preocupa que se pretenda transferir culpas y responsabilidades a quien nada tiene que ver en hechos dolorosos… O a un instituto profundamente popular, con compromiso social probado, con apego institucional, vocación de servicio y compromiso a favor de la defensa de la libertad y la soberanía nacional…”.
Narro fustigó a los que promueven enfrentamientos y división: “¡México no quiere saltos al vacío! ¡México no quiere aventuras! ¡México no quiere retroceder a esquemas que ya estuvieron en el poder y probaron ser ineficaces! México quiere democracia, pero rechaza su perversión: la demagogia!”.
No necesito explicar a qué y a quién se refería, ¿verdad?