El Festival Internacional de danza Red Serpiente que este año llegó a su XIV edición, trajo a Michoacán cuatro unipersonales que reflexionan el mundo desde la humanidad que representan
Morelia, Michoacán.- El cuerpo y el discurso se entretejen promovidos por el encuentro de miradas jóvenes, de esas a las que apuesta Red Serpiente con el XIV Festival Internacional de danza 2023.
“No hay creación pequeña ni escenario menor para este diálogo Cuerpo a Cuerpo, en el que nuestro Festival presenta a cuatro creadores de la escena contemporánea que, reflexionan el mundo desde las humanidades que son”, así lo describe Abdiel Villaseñor Talavera, codirector del encuentro que, de la mano de Laura Martínez Ayala, llevan a cabo desde hace 14 años.
Cuerpo a Cuerpo, el nombre de la edición 2023 responde al interés del Festival en establecer una relación de cercanía entre las obras y sus espectadores, así como entre los creadores invitados y los contextos de Michoacán en los que son programadas sus obras. Red Serpiente valida la diversidad estética que Emmanuelle, Toto, Omar y Víctor representan en la danza unipersonal, pero también abre un espacio para que su voz resuene en públicos michoacanos y permanezca como eco en los territorios de Morelia y Tiripetío.
Para Red Serpiente, Cuerpo a Cuerpo es un esfuerzo para que, artistas de la danza con proyección internacional lleguen a Michoacán y sumen en la promoción y fomento de la cultura de las artes escénicas y por consiguiente, abonen al desarrollo social de comunidades específicas.
¿De qué va el Festival?
Para esta extensión del festival, la mirada escapa al grueso de la población, se centra en jóvenes de preparatoria y secundaria, los escenarios son diversos y divergentes, pero ambos emanan del entorno universitario que envuelve la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
El primer encuentro lo desarrollan en el Centro Cultural Universitario en Morelia, bajo un escenario propio para la reflexión, la libertad y el culto al cuerpo sobre lo que la danza nos convoca.
La sala se llena de bullicio, mientras lo preparatorianos se acomodan en las butacas en un ambiente propicio para la comparsa, la güeva, el desinterés y la comodidad, adjetivos que quedan atrás con los unipersonales de Emmanuelle, Toto, Omar y Víctor.
Fahrenheit
Pronto llega el silencio y con él la oscuridad que abraza a Omar Santiesteban Leyva, un cubano de 31 años que derrocha energía, imprimiéndole a Fahrenheit, su obra, la ebullición del movimiento con el que describe el discurso que lleva dentro.
Para Santiesteban, las emociones que se expresan en el escenario son parte de la reflexión personal que se vive en el día a día, por ello la apropiación del espacio refleja lo que en ese momento vive, más allá de las dimensiones de la puesta.
La vida, describe, “nos hace adaptarnos constantemente para no volvernos estáticos, sino revolucionarnos para entonces resolver que darle al público”.
Con Fahrenheit se aborda la personalidad humana en las diversas etapas por las que pasa el ser humano, representados en sí, como cambios de temperatura
En el escenario Omar Santiesteban es energía que emerge del azul frío. Es sudor que se le escapa al amarillo que le devela humano padre de Luna, su primogénita.
SEResiliente
Víctor Gil Méndez, el bailarín mexicano que se ha debatido entre la vida y la muerte al vencer el cáncer, explota en el escenario con su resilencia, con el mensaje de vida que desea extender como testimonio bajo cualquier espacio. A sus 27 años se expresa entre la narrativa y la danza que acumula, la veneración al cuerpo, de ese que le mantiene glorioso ante los aplausos y los detalles mínimos de la vida.
La experiencia del cáncer hizo mella en Gil. Al “momento de caer” dice, acumuló textos que reflejan su sentir pero que también resuelve con la danza contemporánea.
“Al proponerme mostrar la obra, también me propongo desnudar lo que soy. Por eso acoplo la danza con lo escrito, porque es lo que siento en ese momento y lo revivo, al implicar las pausas que el cáncer significó”, menciona.
“Cada presentación es un regalo al público, a las mentes nuevas, de ahí viene el discurso del cuerpo, de lo que metafóricamente se expresa sabiéndonos humanos”, concreta tras simbrar a los jóvenes que no solo observaron el mensaje del cuerpo, sino que también escucharon la narrativa compuesta.
Sueñxs transhumanxs
La poética del movimiento unipersonal de Totoquihuatzin a través del performance, derrocha crudeza y hartazgo que se endurece con el texto que acompaña a sus Sueñxs Transhumanxs.
El gesto humano de la danza se amartilla con el rojo profundo que viste a Toto, que lo mantiene dispuesto bajo una máscara llena de hilachos con los que ha ido tejiendo su propia humanidad.
Conmovido por la edad de los jóvenes de Tiripetío, Toto se observa desde fuera, desde el secundariano que fue y que siempre reveló al humano que habita.
“Con el público de Tiripetio me reflejé en ellos y ellas, me acordé de mi, siendo un chiquitín de secundaria”, comparte al rememorar diversas vivencias.
“Me conmovió pensar en cuál habría sido mi experiencia al ver una obra como la que presenté”, menciona, pues Toto abordó con la danza y el discurso, el tema de la diversidad sexual que para sí, debe ser frontal, aunque parezca abrumante.
Sueñxs transhumanxs aborda la libertad desde el derecho de existir en la diversidad con todas las capas e implicaciones que esto conlleva. De ahí la pertinencia del Festival al programar obras que empatizan con los intereses actuales de las audiencias universitarias a las que fue dirigido.
Viñetas a_zu_lado
El amor por la soledad que retrata Emmanuelle Sanders en su interpretación, no solo refleja la pasión con la que el bailarín aborda el escenario, sino también la apuesta discursiva de un artista escénico multidisciplinario.
Apoyado en un monólogo escrito por sí mismo, Sanders describe su experiencia con el festival como un encuentro lleno de adrenalina, con lenguajes que se adaptan a las miradas jóvenes.
“Una misma pieza puede ser radicalmente distinta a nivel de intensiones dependiendo del público” explica el bailarín, tras observar el morbo que despertó con los estudiantes de Tiripetío, jóvenes que a hurtadillas sonrieron o taparon los ojos, cuando el cuerpo de Sanders quedó expuesto.
Sorprendido por las expresiones que resonaron en la sala del ExConvento de Tiripetío, Emmanuel reflexiona al reconocer que la educación en México está construida en gran parte bajo la mirada de la fe católica, lo que implica que la desnudez en el escenario genere impactos, razón que lo ha llevado a mostrar con mayor vehemencia la belleza del cuerpo.
Y es que las presentaciones de Red Serpiente fluctuaron respecto de los escenarios y los públicos. En el Centro Cultural Universitario ubicado en Morelia, las presentaciones artísticas se realizaron en el auditorio principal del recinto, en tanto que en el ExConvento de Tiripetío, asentado en la Tenencia del mismo nombre, el formato de presentaciones artísticas cambió, sacando provecho de la infraestructura del inmueble presentando las obras de manera simultánea en dos salones interiores del recinto.
¿Qué implicó el Festival?
La extensión Cuerpo a Cuerpo del Festival Red Serpiente implicó una seria labor de gestión de recintos que aunque culturales, no programan habitualmente danza, ahondó Villaseñor. Ello responde al interés del propio festival de que la danza tome lugar en escenarios diversos mientras se promueven experiencias sensibles con públicos nuevos.
Aurora Molina y Elizabeth Moreno, jefas del Centro Cultural Universitario y del ExConvento de Tiripetío respectivamente, responideron al llamado del Festival para albergar la extensión Cuerpo a Cuerpo abonando con ello a una relación entre artistas e instituciones que favorece al desarrollo cultural de la región, agregó Laura Martínez.
Mención aparte es la acertada curaduría del programa compartido de unipersonales, al evidenciar el valor de las cuatro piezas coreográficas a partir de su diversidad estilística y pluralidad de contenidos.
La estructura propia del programa posibilitó que en Farenheit de Omar Santiesteban destacara el valor del movimiento corporal en silencio al ser la primer obra interpretada, que Seresiliente de Victor Hugo Gil profundizara en la relación dramatúrgica de la danza con el discurso verbal, que Sueñxs trashumanxs de Toto confrontara con un diseño de iluminación que evidenció la relación Cuerpo a Cuerpo con los espectadores y que Viñetas a_zu_lado de Emmanuelle Sanders invitara a pensar la danza y su corporalidad desde la potencia de la voz, así como la importancia de la escenografía y utilería como elementos simbólicos al servicio de lo que el bailarín quiere comunicar.
Red Serpiente en su edición 2023 tomó la danza como estrategia para promover relaciones humanas más empáticas en un serio interés por recolocar el valor del arte contemporáneo en los imaginarios sociales.
El festival, a decir de sus organizadores, fue posible con el respaldo del SACPC, antes Fonca a través del programa México en escena.