El temblor de 1985 cambió la relación entre la sociedad y el Gobierno Federal, el entonces presidente de la República Miguel de la Madrid y el regente del Distrito Federal, Ramón Aguirre, fueron rebasados por los ciudadanos quienes de manera espontanea aprendieron a organizarse. Un año más tarde se agudizó la crisis económica a lo que se añadió una rebelión de priistas encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas que logró impulsar su candidatura presidencial, como consecuencia en 1988 se fracturó el sistema político y concluyó la era del partido único.
Han pasado 32 años y de nuevo un fenómeno natural de gran magnitud volvió a azotar la capital del país, sin duda el gobierno federal y el de la Ciudad de México se encuentran mejor preparados que en el pasado, aunque nada es suficiente para enfrentar una contingencia de tal magnitud. Se viven tiempos de gran confusión y resulta lógico que existan quejas contra el ejército mexicano, se le ha acusado de utilizar maquinaria pesada en las zonas de desastre cuando todavía hay posibilidad de encontrar personas con vida.
En este sentido vale la pena señalar que las redes sociales han provocado la proliferación de rumores, al afirmar que sufrió fracturas el segundo piso del Periférico o que el Estadio Azteca estaba dañado. A su favor podemos decir que han servido como escaparate para demostrar la negligencia de las autoridades. Sin embargo, los medios de comunicación masivos tampoco salen bien librados, han abusado del drama y presentan en la pantalla melodramas que ofenden a los televidentes. Como siempre lo único que les interesa es el rating.
Por lo que se refiere a la clase política ha desaparecido del escenario y el proceso electoral del próximo año quedó sepultado ante los cientos de muertos que continúan apareciendo. Ningún líder de los partidos ha tenido la capacidad para llevar a cabo una acción en concreto o decir algo sensato. Por eso no es extraño ver un cartel en la avenida Cuauhtémoc y eje 7 pegado en el semáforo, con la siguiente leyenda: “México se levanta, pero no es gracias al PRI; PAN; PRD; Morena y el Verde”.
Punto y aparte merece el rol que ha desarrollado el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, después de un inicio titubeante, en la primera entrevista no estaba seguro sobre si había sido dos temblores, al paso de los días fue mejorando sus mensajes. Ahora vendrá lo más difícil, tendrá que cumplir con la palabra empeñada ante los afectados. El problema es que tiene poco tiempo para concretar las acciones y pronto deberá destapar al candidato de su instituto político.
Donde ha recaído todo el reconocimiento, es en los jóvenes que se han volcado a rescatar personas, el pasado 21 de septiembre, en Vertiz y Emperadores los ciudadanos se hicieron cargo de la seguridad y no dejaban pasar a nadie y uno de ellos se dirigió a mí.
-Como usted sabe hay una fuerte fuga de gas que se provocó al remover los escombros, tendrá que tener paciencia, no prender cigarros, no use su celular, pronto podremos irnos del lugar.
El olor de gas invadió varias calles, la gente se mareó y quiso alejarse, hasta ahí llegaron 500 voluntarios con sus palas, picos y tapabocas, se organizaron en varios grupos, como los iban nombrando levantaban su puño para identificarse.
Estos miles de jóvenes están aprendiendo a organizarse como lo hicieron los ciudadanos en el 1985, aunque debe señalarse que son dinámicas diferentes ya que ahora parece que solo reciben órdenes. No obstante, cuando termine la catástrofe ellos empezarán a exigir espacios en los partidos políticos los cuales han ofrecido un triste espectáculo. Al tiempo.