Te contamos cuál es el origen de la seña del dedo grosero, uno de los insultos más populares en el mundo
Morelia, Michoacán.- Casi como un lenguaje universal, la seña del dedo grosero es uno de los insultos más populares en el mundo, pero, ¿cuáles son las historias sobre su origen, probablemente remoto? Te las contamos.
En México es conocida como la “Britney señal”, sobre todo por la generación Millennial, luego de la primera visita de la princesa del pop a México, en julio de 2002, cuando levantó hizo la ofensa no verbal a un reportero que captó su llegada al aeropuerto.
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Mientras que, en España, se le denomina “peineta”; de acuerdo con la Real Academia Española (RAE), es un gesto de significado obsceno y ofensivo que se hace levantando el brazo con el dedo corazón extendido y la palma de la mano hacia adentro.
Hay dos versiones relativas al origen de la seña del dedo grosero ampliamente difundidas en internet, sin embargo, ninguna comprueba su veracidad.
Con mayor frecuencia, aparece una que indica que esta grosería silenciosa surgió durante la batalla Agincourt, en la Guerra de los Cien Años entre Francia e Inglaterra (1337-1453): supuestamente el rey francés Felipe VI, encomendó cortar las falanges del medio a los arqueros británicos que capturara su ejército, para que ya no pudieran utilizar los arcos. Pero, al resultar vencedores, los ingleses hacían el ademán a modo de burla y triunfo hacia los francos.
Sin embargo, otra leyenda le precede: que fue Sócrates la víctima de la primera “peineta” documentada en la historia de la humanidad, cuando el dramaturgo Aristófanes escenificó su odio al filósofo en un pasaje de su obra “Las Nubes”.
Ahí, el personaje de un labrador se sorprendió al conocer los “versos dáctilos”, una cláusula rítmica de la poesía clásica que el pensador griego le explicaba. Pero el labriego, al creer que con “dáctilo” se refería a un dedo, levantó el de en medio y preguntó: “¿éste, tal vez?”. En consecuencia, se convirtió en un sinónimo de tosquedad desde entonces.
Luego, Roma habría heredado la señal, bautizada como dígitus impúdicus, que era principalmente utilizada para conjurar la amenaza supersticiosa del “mal de ojo”, sobre todo por Calígula, emperador que con ella humillaba al pueblo súbdito.
Se dice que, desde la antigüedad, la seña grosera ha representado al pene y los dedos restantes a los testículos. Desde entonces era normal que los amuletos para la buena ventura tuvieran forma de falo. Quizás este gesto sea una herencia genética ancestral, referencia de ello es que los monos ardilla de Sudamérica gesticulan con el aparato reproductor erecto.