Alejandro Moreno advierte sobre los riesgos de la reforma judicial en México.
Ciudad de México.-Alejandro Moreno Cárdenas, senador y líder del PRI, manifestó su firme oposición a la reciente reforma del Poder Judicial aprobada por el Senado, incluso advirtió riesgo de dictadura en México.
Durante una entrevista con Aristegui en Vivo, Moreno advirtió que la reforma podría desviar a México hacia una dictadura, al alterar el balance de poderes y comprometer la estabilidad del sistema judicial.
Moreno describió el proceso de aprobación como uno marcado por intimidaciones y coacciones a los legisladores de oposición, lo que resultó en una situación legislativa sin precedentes en las últimas cuatro décadas en México. Según él, el PRI se mantuvo unido y votó en contra de la propuesta, resistiendo la persecución política del gobierno.
“Es verdaderamente lamentable lo que ocurrió, pero nosotros asumimos nuestra responsabilidad y dimos el debate,” comentó Moreno.
También mencionó que el acceso al Senado fue obstruido por granaderos, complicando la entrada de legisladores y personal judicial que querían protestar contra la reforma. Moreno enfatizó que el PRI no perdió ningún legislador en la votación y se mantuvo cohesivo en su rechazo.
“El PRI votó en contra porque creemos que esta reforma es una locura, destruye el sistema judicial y coloca en peligro el régimen democrático de México”, declaró. Moreno también criticó la coincidencia entre la votación de la reforma y una reunión del INE, sugiriendo presiones para negociar su apoyo a la reforma a cambio de beneficios políticos.
Moreno comparó la situación con países como Venezuela y Nicaragua, donde los gobiernos han debilitado las democracias. Instó a detener esta tendencia en México y a defender el equilibrio de poderes y la democracia.
“Nos mantuvimos firmes y lo seguiremos haciendo, porque creemos en el México democrático, en el respeto a las instituciones y en la necesidad de un Poder Judicial independiente,” afirmó. Lamentó que la aprobación de la reforma reflejara un uso coercitivo del poder más que un diálogo democrático.
“Lo que vimos ayer en el Senado no fue un proceso legislativo normal; fue una imposición”, concluyó.