Apatzingán, Michoacán.- Los niños y jóvenes de tierra caliente son usados por el crimen organizado, para volverlos adictos a las drogas sintéticas y orillarlos a cometer actos ilícitos, señaló el gobernador Silvano Aureoles Conejo, durante su gira de trabajar por el municipio de Apatzingán.
Durante su intervención en la puesta en marcha de una bomba de agua potable para la comunidad de San Antonio La Labor, expresó, “a nuestros niños y jóvenes que luego nos los andan enganchando por ahí en actividades que les dañan su vida, los hacen caer en la trampa de andar consumiendo alguna droga o andarse enrolando en actividades que les lastiman a ellos su vida, destruyen su familia y le hacen mucho daño a su comunidad, pero como en todo, afortunadamente son muy pocos, pero hay gente sin escrúpulos que usa a los niños, los vuelven adictos y luego los usan para actividades ilícitas”.
Sobre el asunto, detalló que en la tenencia de Cenobio Moreno, tuvo la experiencia con 15 jóvenes quienes fueron enviados por la autoridad a rehabilitación para erradicar su adicción a los enervantes.
“Solo de Cenobio nos llevamos 15 jóvenes ya muy avanzado su problema de adición, porque esa cochinada que le dan a los jóvenes de unas drogas sintéticas que les destruyen la vida en tiempos muy cortos”, dijo.
Posteriormente, en entrevista, él mandatario estatal detalló que los principales focos rojos de adicciones de menores, entre los que señaló niños de 11 y 12 años con graves problemas de adicción, fue en las localidades de Pinzandaro, municipio de Buenavista Tomatlán y Cenobio Moreno, Apatzingán, donde estaba empoderado el crimen organizado de los lugares.
“Lamentablemente en varias de las comunidades donde empezó a expandirse esta práctica de elaborar drogas sintéticas, pues muchos jóvenes se han quedado enredados en esta adicción, afortunadamente en el caso específico que les daba de ejemplo en Cenobio Moreno, casi todos los que pudimos rescatar, están en plena recuperación, bastante bien, van bien, algunos ya con complicaciones muy avanzadas, pero en general bien”, dijo.
Y concluyó, “el caso específico de Cenobio, en Pinzandaro donde hemos encontrado este fenómeno por la presencia ahí de actividades vinculadas con el comercio de drogas sintéticas, acaban enrolando a los jovencitos, a veces desde pequeños, 11, 12 años”.