El crecimiento de la economía rusa se impone ante las sanciones, revelando su capacidad de adaptación y resiliencia.
Pese a las sanciones globales implementadas tras la intervención en Ucrania, la economía rusa muestra signos de crecimiento inesperado; Con pronósticos del FMI que indican un aumento del PIB del 3,2% para 2024, Rusia se posiciona por encima de las principales economías desarrolladas.
Frente a las sanciones que buscaban restringir su economía, Rusia ha mantenido sus estantes surtidos, aunque con ciertos productos a precios elevados y menor disponibilidad.
Marcas como Lego han salido del mercado ruso, pero sus productos siguen disponibles mediante rutas alternativas, y la presencia de Coca-Cola se mantiene a través de canales diversos. Los diamantes rusos, incluso, fueron tema de discusión en la cumbre del G7.
El Foro Económico Internacional de San Petersburgo sigue atrayendo a participantes de más de 130 países, a pesar de la ausencia de líderes empresariales de Europa y Estados Unidos, demostrando la habilidad de Rusia para forjar nuevas alianzas, especialmente en Asia y el Sur Global.
Yevgeny Nadorshin, de PF Capital, destaca la adaptabilidad de la economía rusa: “La economía rusa ha logrado adaptarse a condiciones externas muy desfavorables”.
Economía Rusa en Crecimiento
El reenfoque de las exportaciones de petróleo hacia China e India ha sido clave en la resiliencia de Rusia. A pesar de los topes de precios del G7 y la UE, Rusia ha encontrado maneras de mantener sus ventas de crudo. China, en especial, se ha convertido en un soporte fundamental, con un comercio bilateral que superó los 240 mil millones de dólares en 2023.
Además, el gasto militar ruso impulsa la economía, con una industria de defensa en constante actividad y salarios en aumento, aunque esto signifique un menor financiamiento para otros sectores vitales.
A pesar de los retos, como las amenazas de sanciones secundarias de EE. UU. a bancos que operen con Rusia, el país sigue encontrando vías para sostener su economía.
La resistencia económica de Rusia es indiscutible, pero las perspectivas a largo plazo permanecen en una nebulosa de incertidumbre.