Morelia, Michoacán.- Artesanos, intelectuales, promotores y autoridades, crearán un decálogo para proteger la artesanía mexicana, luego de los plagios que se han registrado tanto de marcas internacionales de ropa en bordados de artesanas, así como las tradicionales guitarras de Paracho y ahora, los molcajetes que se elaboran en San Nicolás Obispo, en Morelia, además de otras piezas que elaboran con técnicas ancestrales.
A decir de Claudio Méndez Fernández, director del Instituto del Artesano Michoacano (IAM), el decálogo tiene el objeto de establecer un “eje toral de que es lo que tenemos que cuidar para evitar el pirataje, intermediarismo y competencia desleal; de ahí pueden partir otros elementos como por ejemplo, elementos que permitan legislar en materia de propiedad intelectual para la protección de la artesanía”.
Este decálogo, cuidará los diseños representativos de las artesanías en México, sobre el comercio justo, el respeto a la identidad cultural y el patrimonio de los pueblos originarios, además que arropará a los artesanos que en ocasiones tardan meses en elaborar una sola pieza que se puede copiar y producir de manera industrial y baja el prestigio y precio del artículo.
“Es tan abierta la promoción que se presta a que nos copien patrones y es un tema peligroso, es necesario hacer un consejo regulador para evitar el intermediarismo. Hay toda una ruta que hay que seguir pero partiendo de que tenemos que cuidar la propiedad intelectual de los procesos artesanales en este caso de los michoacanos y colaborar para que sirva para la construcción de una política publica a nivel nacional”, expuso.
En ese tenor, Méndez Fernández, llamó a los compradores a no preferir artículos “piratas” solamente por su precio, pues además de que son diseños copiados a los artesanos, le quitan una ganancia a quienes los elaboran con técnicas ancestrales y corren el riesgo de que se pierdan. Para ello, la Casa de las Artesanías ya tiene una marca comercial para proteger a los artesanos en los temas de ventas y comercialización de más de 10 mil piezas que hay en existencia y las que lleguen más adelante.
A la fecha, en Michoacán se tienen 26 marcas colectivas artesanales lo que al igual que el decálogo permite evitar el pirataje y el intermediarismo. Pues a diferencia de una marca comercial, las marcas colectivas cuidan las técnicas y diseños que los artesanos elaboran y da pautas para la creación de nuevas piezas, que deben ser hechas en el lugar de origen para que se puedan llamar de cierta manera, como ejemplo: un cazo de Santa Clara del Cobre, solamente podrá ser llamado “cazo de Santa Clara” si se elaboró ahí”.
Entre las comunidades y municipios que ya cuentan con marca colectiva están las guitarras de Paracho, la alfarería y catrinas de Capula, las esferas y cantera de Tlalpujahua, el cobre de Santa Clara del Cobre, la laca de Pátzcuaro, el maque de Uruapan, entre otras.