Corrupción y vacíos legales obliga a madres de víctimas feminicidas a salir a las calles
Morelia, Mich.– Mariana Lima Buendía de 29 años de edad fue asesinada por su expareja, Julio César Hernández Ballinas, un policía ministeríal del Estado de México que 12 años 8 meses después de concretado el crímen, recibió una sentencia de 70 años de cárcel.
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Irinea, madre de Mariana, resume como innecesario que las madres de las mujeres asesinadas tengan que salir a las calles a pedir justicia, sin embargo ante los vicios y vacios legales que aun persisten y simulan la aplicación de la ley, tienen que corretear a las autoridades para obtener justicia, como lo sucedido desde el 2010 con el caso de su hija, feminicidio que el 14 de marzo de este año, obtuvo sentencia.
La corrupción asume Irinea desde Morelia, la onceava capital que visita, es uno de los grandes males que aqueja a las autoridades, sobre todo por la impunidad que prevalece en la gran mayoría de los feminicidios que diario, se suscitan en el país.
Para la activista Irinea Buendía el talón de Aquiles está enquistados en las Fiscalías, al omitir pruebas, perder la cadena de custodia y desestimar los dictámenes necesarios para el esclarecimiento de los casos.
El feminicidio de Mariana, es claro ejemplo de la impunidad que dice persiste, pues para el caso de su hija, tuvo que intervenir la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para que las autoridades mexiquenses reabrieran el expediente y se llegara a una sentencia.
La exigencia de justicia por parte de Irinea sigue a flote no solo por Mariana, sino por todas, por las 11 mujeres que día a día son asesinadas en México, porque la fuerza que la impulsa la tiene clavada desde el momento en que vio a su hija sin vida.
“Ninguna mujer, ninguna jovencita, ni ninguna niña tendría que ser muerta con violencia de esa forma tan vil y cobarde, de ahí saco la fuerza porque nadie merece morir así, y mínimo merece justicia, por eso es que yo salgo a las calles aunque las autoridades se enojen, pero finalmente ellas son las que nos echan a la calle y luego se enojan porque gritamos y exigimos y dicen que rayamos, que rompemos y que pintamos porque les importa más un monumento que es de pieda que la vida de nuestras hijas”.
De cabello cano, cercana a los 70 años de edad y teniendo como escenario la antimonumenta colocada en el jardín de la fuente de las Tarascas, Irinea sostiene que en la actualidad las mujeres siguen sufriendo violencia institucional, y aun con las amenazas que pesan en contra de su persona y familia, seguirá adelante, pues nada la detendrá para exigir la justicia que aún es simulada.
La sentencica de la SCJN respecto del caso Mariana Lima Buendía en 2015, sentó un precedente en México, al determinarse que los homicidios dolososos en contra de las mujeres fueran atendidos con perspectiva de género, así como reconocer el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia, aunado a diversos debates sobre el alcance que tuvo el caso pues éste habría sido tipificado como suicidio y reclasificado a partir del amparo que Irinea y su familia interpusieron en la Suprema Corte.
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