Funcionarios de Michoacán bajo la lupa por corrupción, mientras en el Congreso diputados se acusan de manejo de recursos públicos deshonestos
Historia por contar
Dicen los que saben que tras la vinculación a proceso de cuatro exfuncionarios del gobierno silvanista, aún hay bastante historia por contar pues muchas son las cuentas pendientes que arrastra la pasada administración estatal en Michoacán.
El problema ha sido encontrar las hebras de donde jalar para allanar camino, fincar responsabilidades y judicializar los casos que ha venido armando el gobierno del estado a través de la Secretaría de la Contraloría desde que arrancó la actual administración estatal.
El problema en Michoacán ha sido y sigue siendo la prescripción de delitos en hechos de corrupción que llegan a ser investigados, basta con recordar lo que ocurrió con el tema de la Presa Francisco J. Múgica y del Teatro Matamoros de Morelia.
Te puede interesar: Justicia pendiente y crisis limonera
Pues bien, ese asunto de la prescripción es el que habría estado atorando los asuntos en los casos de la administración pasada, en donde quienes intervinieron sentían que ya habían salvado el pellejo, sin imaginar que a través de uno de los involucrados se dotaría de nueva vida al menos a un caso: el de las irregularidades en la construcción de cuarteles.
Cuentan que la hebra de la madeja que se jaló y permitió la detención y vinculación a proceso de Carlos Maldonado, José Antonio Bernal, Mario Delgado Murillo y Elizabeth Villegas Pineda fue el notario Guillermo Loaiza Gómez, ex titular del Comité de Adquisiciones del Poder Ejecutivo quien se encuentra prófugo al igual que el exgobernador Silvano Aureoles Conejo.
En total habría una lista de 18 funcionarios silvanistas a los que se tiene en la mira, buscando hebras de dónde jalar para su detención, entre ellos la exsecretaria de Salud, Diana Carpio Ríos, por su presunta participación en las millonarias irregularidades registradas en ese sector, las cuales cobraron incluso la vida de personas, entre ellas mujeres que padecían cáncer de mama y no fueron notificadas debidamente de los resultados de mastografías que se realizaron.
Y aunque diversos personajes que tuvieron relación en esos casos como funcionarios del silvanismo, sean ahora del bedollismo, se comenta que no habría miramientos, tal y como ocurrió con Mario Delgado Murillo, quien pese a desempeñarse actualmente como delegado administrativo y brazo derecho del Secretario de Finanzas, fue detenido. Habrá que ver si perfiles de mayor peso corren la misma suerte.
Trapitos al sol
La reciente aprobación de la Ley Orgánica de la Universidad Michoacana y de la reforma constitucional en materia de Gobierno Digital, hizo que durante su discusión integrantes de la LXXVI Legislatura del Congreso sacaran sus trapitos al sol.
Quizá fueran las copas que la noche de viernes traían encima algunos de los legisladores –entre ellos el presidente de la Mesa Directiva– lo que acaloró los ánimos en el Salón de Sesiones, pero el hecho es que varios de los presentes hubieran deseado tener palomitas a la mano para disfrutar a plenitud el espectáculo.
Entre los dimes y diretes que más resonaron, estuvo el del coordinador parlamentario del PT, Reyes Galindo Pedraza, y el legislador morenista Juan Pablo Celis Silva, el primero al dejar entrever irregularidades en el Congreso desde el Comité de Administración y Control que preside el segundo, éste último, recordándole el caso de los dudosos manejos que de los CENDIS ha hecho el Partido del Trabajo.
La situación se puso tan álgida que hizo a varios diputados intervenir para pedir a sus compañeros de Legislatura no estarse exhibiendo públicamente.
Te puede interesar: De grietas a socavones guindas
Otra cosa que quedó evidenciada en esa Sesión, fue la abierta confrontación entre la coordinadora parlamentaria de Morena, Fabiola Alanís Sámano, y el diputado Juan Carlos Barragán Vélez, quienes también se tupieron de indirectas durante sus intervenciones.
Pero la gota que derramó el vaso para Fabiola Alanís, fue el madruguete que le aplicó Juan Carlos Barragán al realizar una reserva al dictamen con la reforma constitucional sobre Gobierno Digital. La morenista había acordado con la dirigencia del STASPE que ella la realizaría para atender la exigencia sindical para la inamovilidad de sus agremiados.
Distraída, la legisladora no se percató que como ella, Barragán reservó el mismo artículo para adelantarse a presentar el mismo contenido que ella había acordado, lo que la hizo enfurecer junto con otras integrantes de su bancada. Se llevan fuerte los morenistas.