Corea del Norte amenazó con ataques nucleares “a ciegas” contra Corea del Sur y Estados Unidos si estos países mantienen las maniobras militares conjuntas que comienzan este lunes.
La amenaza de un “ataque nuclear preventivo en nombre de la justicia” figura en una declaración del Mando Supremo del Ejército Popular Coreano, indicó este lunes la agencia oficial norcoreana KCNA.
Esta advertencia se produce unos días después de que el líder norcoreano, Kim Jong-Un, amenazara con recurrir a un ataque nuclear después de que la ONU intensificara las sanciones contra su régimen.
La resolución del Consejo de Seguridad de la ONU , presentada por Estados Unidos y adoptada el pasado miércoles por unanimidad, incluyendo China, la única aliada de Corea del Norte, respondía a los ensayos nucleares y balísticos de Pyongyang.
En un comunicado citado por KCNA, el Mando Supremo del Ejército Popular Coreano afirma que estas sanciones “escandalosas” condujeron a “esta tierra a hervir como una caldera de batalla”.
Tras presentar las maniobras militares conjuntas anuales de Washington y Seúl como “un ejercicio de guerra nuclear a rostro descubierto”, el Mando Supremo advierte: “Este ataque nuclear (…) mostrará claramente a los partidarios de la agresión y la guerra la fuerza militar de Corea del Norte”.
El líder norcoreano Kim Jong-Un había hecho nuevas declaraciones marciales el viernes.
“Debemos estar siempre listos, en cada instante, para utilizar nuestro arsenal nuclear”, había declarado, citado por KCNA, y ya esgrimió ahí la amenaza de “ataques preventivos”.
La retórica belicosa es una constante del régimen más aislado del mundo cuando las tensiones aumentan con Seúl. Pyongyang dispone seguramente de un pequeño arsenal de cabezas nucleares pero los especialistas están divididos en cuanto a su capacidad para instalarlas en misiles.
El Mando Supremo del Ejército Popular Coreano asegura en el comunicado citado por KCNA: “Si apretamos los botones para aniquilar a nuestros enemigos (…), todos los orígenes de las provocaciones quedarán reducidos en un instante a océanos de llamas y cenizas”.
El ejercicio anual conjunto entre Seúl y Washington dura varias semanas y participan decenas de miles de soldados.
Para Pyongyang estas prácticas son una provocación, aunque Corea del Sur y Estados Unidos defienden que tienen un fin defensivo.
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