La idea de que el plástico es el mayor enemigo del ecosistema es una que se escucha entre las voces de la sociedad actual, pero ¿Qué tan cierto es esto? La verdad de las cosas es que, dada la facilidad de producción del plástico, y la maleabilidad que este tiene, la producción del mismo se ha elevado de manera importante desde su creación. Por lo mismo, existen numerosos estudios que nos demuestran que este material se ha esparcido por la tierra de manera inadecuada y perjudicial; sobre todo, para la fauna, y de manera indirecta para nosotros también debido al consumo de microplásticos en peces.
Greenpeace realizó un estudio donde demuestra que la mayoría de los plásticos termina en el mar, siendo así el océano el principal perjudicado por este tipo de contaminación. Esto llevará una importante parte de la población a pensar que, por lo tanto, la contaminación plástica es el mayor enemigo del entorno marino, sin embargo, estos mismos grupos quedarían sorprendidos con el nivel de adaptación de todos los seres que hay en los mares. Esto no busca justificar los excesos e irresponsabilidades de aquellos que son ajenos a la cultura del reciclaje, pero busca girar la atención de las personas hacia el lugar adecuado respecto al daño que existe en el mar, la pesca desmedida. Así es, la falta de atención y regulación en materia de pesca es preocupante a nivel mundial, principalmente en los países asiáticos.
Este fenómeno es tan grave que, después de que sucedió el derrame del buque petrolero inglés de la compañía British Petroleum en el Golfo de México en 2010 con al menos 76 millones de litros de crudo, la zona restableció su fauna de manera natural a pesar de la catástrofe. Lo que significa que, a pesar del daño, la fauna se restauró gracias a que se abandonó la pesca en la zona hasta que pasó la contingencia, y para cuando esto sucedió la vida marina aumentó incluso más que antes del derrame.
El petróleo no es un plástico, pero es materia prima del mismo. Debido a esto deberíamos reflexionar sobre el daño tangible que hay en el ambiente, ya que a pesar de toda la contrapropaganda que existe en contra del plástico, la verdad es que hasta la fecha no tenemos claras las consecuencias del mismo sobre el ambiente.
Ya hay países que están tomando conciencia respecto a la pesca desmedida y ya están tomando medidas de coerción política aplicable. Australia es de los primeros países que tiene zonas protegidas para la pesca con medidas rigurosas; esto le ha permitido una estabilidad en los entornos marítimos envidiable para cualquier otro país sin dichas medidas. El plástico no se adapta bien con el ambiente, y debemos aprender a deshacernos de el de manera adecuada, pero también hay que entender que el plástico es indispensable debido a las bondades que trae consigo, y que en esta era moderna sería absurdo siquiera pensar en dejar de usarlo, ya que prácticamente todos los productos de la vida actual necesitan plástico. Se necesitan estudios serios de impacto ambiental para ayudar al entorno y a la biodiversidad con medidas aplicables en vez de politiquería ambientalista que no hace más que perjudicar a las economías mundiales, y llenar de votos a políticos quienes poco les importa el ecosistema.
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