Hay momentos en los que todo pareciera fluir, en los que sentimos que la vida nos sonríe y es fácil dejarse llevar. No nos planteamos qué es lo que nos está ocurriendo porque estamos conformes con nuestra vida y nos sentimos a gusto con nosotros mismos. En esos momentos, nos resulta fácil salir de la cama por la mañana y empezar bien el día.
Por el contrario, la vida a veces nos presenta momentos malos… Épocas más oscuras en las que todo nos supone un esfuerzo extra y hasta nos llega a costar realizar la más mínima acción. Su origen puede estar provocado por la partida de un ser querido, la pérdida de un amor, un malestar laboral o problemas con nuestros hijos.
“Empezar bien el día a veces puede ser un objetivo inalcanzable cuando los malos momentos nos rodean”
No importa el motivo, ni la gravedad de lo que esté ocurriéndonos. Nadie tiene la capacidad de juzgar el grado de seriedad que un problema tiene para nosotros porque incluso en las pequeñas vueltas de la vida podemos tener dificultades y estos momentos hay que saber respetarlos.
Sin embargo, sí es importante cómo uno mismo encara su propio malestar. Y la mejor forma de enfrentarlo es saliendo de la cama y empezar bien el día. Pero, ¿cómo? A continuación, te mostramos algunas maneras.
1. Toma un rico desayuno
Que el desayuno es la comida más importante del día, ya nadie lo duda. Pero además, si nos preparamos algo rico y saludable, el desayuno puede ser un gran motivador para salir de la cama contentos. Dedícate esta primera comida del día, tómala con calma y disfruta.
2. Lee un libro y deja las noticias para después
La gente por lo general empieza el día leyendo el diario, que muchas veces provoca estrés. En cambio, los libros suelen estimular el cerebro y ser buenos para el alma. Escoge el que más te apetezca y lee un poco, aunque no lo notes supondrá un gran cambio.
3. Medita
Siéntate sobre un almohadón, con las piernas cruzadas y las manos apoyadas sobre las rodillas, tratando de mantener la columna derecha, y pon la mente en blanco. Si esto te resulta difícil, concéntrate en tu respiración, en las pequeñas vibraciones que hace tu nariz al tomar y soltar el aire. No se necesita mucho tiempo, con diez minutos diarios ya notarás cambios.
4. Haz ejercicio
Está comprobado que es mejor dormir un rato menos, y salir a caminar, correr o hacer gimnasia en tu casa. El ejercicio físico hace que nuestro cuerpo produzca endorfinas, unas pequeñas proteínas que estimulan los centros de placer del cerebro. Además, hacer ejercicio relaja nuestros músculos y nuestra mente, y hace que durmamos mejor y más profundo.
5. Cuida tu apariencia física
Vístete bien, péinate y maquíllate si te apetece. Si bien lo importante está dentro de nosotros, nuestro exterior es un reflejo de cómo nos encontramos. No nos sentiremos igual si estamos mal vestidos y desaliñados, que si nos sentimos seguros de nuestra apariencia.
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6. Confía
Confía en tu capacidades para resolver los problemas que se te vayan presentando durante el día. Mírate al espejo, sonríete a ti mismo, afronta tus miedos y reafirma tus capacidades. Poco a poco irás sintiéndote más seguro.
Empezar bien el día supone hacerlo con la mejor de tus sonrisas. Hazlo al mirarte en el espejo por la mañana y verás cómo afrontas todo de una manera mucho mejor.Compartir
La mayoría de la gente arranca su día sin tomar conciencia plena de su cuerpo y su mente y crea hábitos que los invitan a vivir en automático. Por eso es tan importante tomarse unos momentos antes de empezar el trajín diario para concentrarnos en nosotros y en nuestros pensamientos.
No debemos olvidarnos nunca que nosotros elegimos nuestros pensamientos, y ellos después marcarán nuestra conducta. Cada elección que hacemos determina cómo nos sentimos física, mental y emocionalmente. Empezar bien el día es posible.