Conoce la leyenda de la Pascualita, la mujer que se dice fue convertida en maniquí y que por las noches cobra vida
Ciudad de México.- Desde 1930, un maniquí ha llamado fuertemente la atención de locales y turistas gracias a su belleza y sus rasgos muy reales como si fuera una persona de verdad. Se trata de La Pascualita, un hermosa figura que, según cuentan, por las noches cobra vida.
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Dicen que, cuando la noche cae y ya no hay ni un alma que la vea, cobra vida una elegante y hermosa figura conocida como La Pascualita. Se trata de un maniquí que, desde hace casi 90 años, recorre La Popular, la tienda donde hasta el día de hoy es exhibida.
El 25 de marzo de 1930, Día de la Encarnación, una llegada sorprendió a los habitantes de Chihuahua. Se trataba de La Chonita –más tarde conocida como La Pascualita gracias al gran parecido que tenía con su dueña–, un hermoso maniquí que parecía tan real que muchos quedaron prendados de sus encantos físicos.
La Pascualita no solo poseía una figura esbelta e imponente sino también detalles verdaderamente hipperrealistas. Tenía delicados pliegues en las manos e incluso grietas en las yemas de los dedos que parecían huellas dactilares. Además, en sus ojos había un brillo tal que daba la impresión
Según el registro, La Pascualita fue traída desde Francia por encargo de la señora Pascualita Esparza Perales de Pérez quien, en ese entonces, era encargada de la tienda de ropa llamada La Popular. No obstante, alrededor de este maniquí se han construido diversas historias y leyendas.
La Pascualita se ha convertido en uno de los grandes atractivos del estado de Chihuahua y de la tienda donde se exhibe. Este hecho ha dado pie a la creación de varias leyendas. Algunas de ellas sostienen que muchos hombres han quedado tan impresionados por su belleza que se han enamorado hasta perder la cordura.
Sin embargo, dentro de lo que se cuenta, hay una leyenda que es particularmente triste. En esta se dice que aquel maniquí de porte imponente era la mismísima hija de la señora Esparza.
Según se cuenta, La Pascualita tenía un futuro más que prometedor. Era hermosa, inteligente y de buen corazón. No obstante, la muerte la sorprendió el día que iba a casarse. La Pascualita sufrió la picadura de un alacrán que le arrebató la vida y sus sueños.
Ante aquel panorama tan desolador, la señora Esparza no soportó el dolor por la pérdida y decidió embalsamar a su hija para, de esa manera, poder verla hasta el final de sus días –en 1967–. Los rumores comenzaron a circular sobre la perturbadora acción. A pesar de eso y hasta la fecha, las habladurías no se han confirmado ni tampoco desmentido.
Con el paso del tiempo, La tienda de vestidos de novia, la Popular tuvo nuevos dueños y, gracias a La Pascualita, se convirtió en un sitio de gran tradición. Además, se dice que aquel maniquí trae buena suerte a todas las mujeres que estén por casarse. Si desean esto, lo que deben hacer es comprar el vestido que trae puesto el maniquí y así tendrán un matrimonio duradero y lleno de dicha.
Con información de México desconocido
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