Los jóvenes normalistas aseguraron que Antonio, normalista, tiene solo un 30 por ciento de probabilidad de vivir, y de morir, exigirán que la línea de autobuses Purépechas salgan de circulación
Morelia, Michoacán.- “En el momento que el compañero Antonio pierda la vida -de ser así y que es lo más probable- porque el diagnóstico dice que hay un 70 por ciento de probabilidades de que muera, exigiremos que se le quite la licencia de circulación a la empresa, si estas son sus políticas son un riesgo y un problema para la sociedad que hace uso de estas unidades”.
Así lo declararon estudiantes normalistas de la Escuela Normal Rural “Vasco de Quiroga”, asentada en la tenencia de Tiripetío, quienes hicieron énfasis en que el joven Antonio Aguilar Estrada, quien cayó de un autobús en movimiento el pasado domingo cuando realizaba acciones de boteo y volanteo, lo que le provocó severos daños.
Los jóvenes quienes rechazaron cualquier versión emitida por la empresa Purépechas S.A. de C. V. al asegurar que únicamente defienden su verdad, dieron a conocer el parte médico que se dio luego de la cirugía de Antonio, quien fue atendido en el Hospital de Alta Especialidad del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).
“El diagnóstico del camarada Antonio es: contusión en la cabeza, una mano fracturada, 8 costillas rotas, el 50 por ciento de pérdida del cráneo, el 70 por ciento de pérdida de sangre y el 70 por ciento de probabilidad de morir”.
Al destacar que el diagnóstico no es alentador, los normalistas lamentaron que la ayuda para atender a Antonio haya demorado por más de 40 minutos y posteriormente, se haya ingresado a un hospital y atendido hasta varias horas después y solo por haber ejercido medidas de presión como lo fue la incineración de un autobús en la autopista Siglo XXI.
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“Esto es una prueba de la diferencia de clases que aún existen en nuestro país, si le hubiera tocado al hijo de alguno de los funcionarios, al hijo del dueño de la empresa, político o magnate, hubiera sido trasladado incluso al mejor hospital del país. Este tipo de acciones que las clases desprotegidas tenemos que emprender para que se respeten muchos de nuestros derechos, parecen una vergüenza”.
En ese tenor, expusieron una serie de peticiones tanto a la autoridad estatal, como a la empresa de transporte de pasajeros: “Atención médica profesional y de calidad al lesionado, que el chofer y la empresa se responsabilicen por lo ocurrido, el pago de la reparación del daño físico, psicológico y de salud; aumento a la beca alimenticia y el alto a la criminalización del normalismo rural”.