El sacerdote, refirió que a cien días de iniciado el gobierno de López Obrador, no se ha podido establecer una ruta de coordinación
Morelia, Michoacán.- A pesar de que la colaboración directa con la Iglesia Católica para pacificar y reconciliar al país fue uno de los compromisos de Andrés Manuel López Obrador, a cien días de iniciado su gobierno, no se ha reunido con los lideres católicos para la coordinación en esos trabajos.
A decir del arzobispo de la Arquidiócesis de Morelia, Carlos Garfias Merlos, a la fecha no se ha “sistematizado” nada en particular, aún con la insistencia del presbítero para tener una interlocución con López Obrador, o con quienes se encargan de las tareas de seguridad pública y/o quienes están implementando el tema del perdón y reconciliación, así como la paz en el país (Gobernación).
“No hemos podido tener una reunión para darle sistemacidad y hacer una ruta de colaboración”, dijo el sacerdote, quien además destacó que la Iglesia continuará con los trabajos para impulsar los centros de escucha y buscar la reconciliación social, aunque dijo, “seguirá siendo una gran posibilidad de esperanza el poderlo realizar conjuntamente con el gobierno federal y el gobierno estatal y los locales”.
Garfias Merlos, sugirió que más allá de una desatención o poca importancia hacia el tema, lo que ha sucedido es que “no hemos encontrado las coincidencias de agenda y ahí lo dejaría. No hemos encontrado la forma de poder coincidir”.
“Estoy en este momento impulsando el proyecto de Todos Juntos por La Paz, con el gobierno del estado y municipal en Morelia, con algunas instituciones, es un esfuerzo que estamos implementando, pensado en un piloto que pudiera replicarse a nivel nacional (…) El hecho de decir que todos somos constructores de paz mientras no seamos generadores de violencia y les pido que podamos difundir este principio”.
Es importante mencionar que el presidente de México, cuando todavía tenía el carácter de electo, organizó unos foros de pacificación y reconciliación, en los que incluso solicitó la presencia del Papa Francisco, el mayor jerarca católico para que fuera una especie de guía en los trabajos de reconciliación del país; sin embargo, una vez en el gobierno, anunció y repartió la “Constitución Moral”, que vendría a sustituir lo ya programado en los foros de pacificación.