Morelia, Michoacán.- “¡Asesinos, asesinos, asesinos!”, gritaron comuneros de Arantepacua a un grupo de elementos de la Secretaría de Seguridad Pública, que resguardaban la calle peatonal Benito Juárez a la altura de Palacio de Gobierno; los uniformados sin inmutarse no respondieron a los habitantes de aquella comunidad indígena de Michoacán y simplemente observaban la “furia” de los quejosos.
Dos mujeres indígenas se acercaron a los elementos para de cerca, muy de cerca reiterar su argumento: “¡asesinos, asesinos, asesinos!” Y con lágrimas exigían justicia por sus familiares muertos en aquel enfrentamiento. Otro hombre les gritaba: “ahora sí cabrones, sin armas. Ahora sí asesinos”, también con el rostro desencajado.
Y es que hace un año, el 05 de abril de 2017 se desató un conflicto en esa comunidad de Nahuatzen, debido a una serie de bloqueos carreteros que los habitantes de Arantepacua encabezaron a raíz de una disputa con la comunidad de Capacuaro por la propiedad de unos terrenos.
Luego vino la retención de vehículos y una reunión pactada con el subsecretario de Gobierno, Armando Hurtado Arévalo, para lo cual viajaron 36 comuneros a Morelia y fueron aprehendidos por la SSP, ya que el autobús en el que viajaban tenía reporte de robo.
De ahí, se lanzó el operativo para recuperar el resto de los vehículos retenidos que ocasionó el enfrentamiento en aquella comunidad; a la fecha, los comuneros denuncian saqueos a viviendas y agresiones y los culpan de la muerte de por lo menos cuatro comuneros que hoy, fueron recordados con coronas envueltas en papel blanco y morado.
“¡Arantepacua vive, Arantepacua vive, Arantepacua vive!”, gritaban los comuneros durante la marcha que emprendieron antes de llegar al Centro Histórico; “Silvano asesino”, exclamaban a cada paso; el sonido de los tambores y el olor del copal quedaba en cada espacio que dejaban a su caminar en la exigencia de justicia y recordando aquellos hechos que dicen “todavía están sin justicia”.