Morelia, Michoacán.- La Selección Mexicana termina con desilusión, con la sensación de dolor, de fracaso, de amargura, tras perder por 2-1 ante Portugal que en los últimos minutos le arrebató el tercer lugar de la Copa Confederaciones de Rusia 2017 en duelo celebrado sobre la cancha del Otkrytie Arena de Moscú.
El Tricolor del técnico colombiano Juan Carlos Osorio se desinfló en la Copa Confederaciones en vísperas del Mundial de Rusia, por lo que se vuelve a vivir una crisis de resultados que ponen en evidencia y en tela de juicio que México aún no está para competir de tú a tú con las grandes potencias.
México inició mal en encuentro ya que otra vez una desatención de la zaga André Silva pisó el área y Rafa Márquez se barrió tarde, por lo que se marcó un penal que cobró el propio flamante refuerzo del Milán, que tapó Guillermo Ochoa, todo apenas al minuto 17.
Tras el susto, el Tri mejoró y tuvo el control de la pelota, pero sin profundidad para hacer daño a la portería lusa para irse al descanso con el par de roscas.
Para la segunda parte, la selección campeona de Concacaf logró ponerse arriba en el marcador con el 1-0 gracias a un autgol de Neto, tras un centro de Javier ‘Chicharito’ Hernández al 53’ de tiempo corrido.
México Parecía que se quedaría con el tercer lugar, al controlar a los portugueses que jugaron sin su estrella Cristiano Ronaldo, pero ya en el agregado, de nueva cuenta, una pésima marca de Miguel Layún provocó que Portugal empatara en la compensación al 91′ con la anotación de Pepe y mandar el partido a los tiempos extra.
La debacle de México fue mayor pues cuando todo parecía encaminado a los penales, Layún cometió una mano infantil dentro del área y Adrien convirtió el penal al 104′ para darle el triunfo a Portugal, que se quedó con el tercer lugar de la Copa Confederaciones.
Juan Carlos Osorio y el Tricolor regresan devaluados del torneo ruso y ahora tendrán que afrontar el despecho ante una afición desengañada.
En resumen México en la Confederaciones fue ubicado en su realidad y evidenció su falta de juego de conjunto que no termina por integrarse y dominar un estilo de juego; solamente lo rescatable pueden ser algunos destellos individuales.