Escribe: Javier Lozano
Terminó el periodo ordinario en el Senado de la República. De hecho, ayer en el pleno de la Cámara Alta se definió la apertura de la comisión permanente que tendrá la responsabilidad de conducir las tareas con plena capacidad de representación.
A fin de cuentas, el orden del día sirvió para culminar las tareas, aunque también, propició el debate mientras se conocían los nombres de los integrantes del órgano colegiado en este receso donde la comisión permanente dará auge al quehacer legislativo.
Sin embargo, mientras la discusión se encauzaba, pretendieron por un momento calificar los hechos como desafortunados de parte del Senador German Martínez quien fuera, hasta hace poco, legislador de la bancada de Morena.
Quizá no calculó— ni mucho menos midió cuando aludió su narrativa hacia el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado. Lo acusó de no respetar los acuerdos, no obstante, no contó con que enfrentaría, en medio del pleno, con una columna vertebral que supo con argumentos defender a Ricardo Monreal.
Entre gritos de presidente, presidente, presidente, el senador Ricardo Monreal subió al pleno y, con categoría, contestó la postura de German Martínez. Con ello, bastó que tomara el micrófono para convertir el escenario en una ovación que promovió su sola imagen. Asimismo, replicó el posicionamiento que por razones de malestar e inoperancia tuvieron algunos legisladores y al fundamentar la ley como inquebrantable, ganó un grito de júbilo.
Esta descripción explícita fue, sin lugar a dudas, el punto central del momento clave que vive Ricardo Monreal— no sólo en el senado, sino en todo el país. Con ese efecto— se ganó el reconocimiento de sus compañeros— quienes lo cobijaron reconociendo su labor y compromiso, aunque también, su capacidad y poder político al considerarlo su líder y un ejemplo de cómo construir una auténtica agenda que responda al interés social.
Y si le seguimos, contamos con más elementos para seguir alimentando la aspiración presidencial legítima del zacatecano. Eso implica, por supuesto, una gran responsabilidad que, a grandes rasgos, ha demostrado durante más de 30 años Ricardo Monreal.
Esa influencia que ha adaptado es, por mucho, el motor de inspiración de cara a los retos del 2024 donde, Ricardo Monreal, es uno de los favoritos de Morena. Eso lo hemos repetido una y otra vez y, con más argumentos, fortalecemos la credibilidad del desempeño del presidente de la Junta de Coordinación Política.
Por ello, a partir del clímax que se vivió ayer en el Senado de la República podemos asegurar que, con un grupo numeroso de legisladores, Ricardo Monreal encarará los nuevos retos a futuro contando con el apoyo de una estructura efusiva y álgida.
Esta fue, entonces, la etapa de consolidación que dio nuevamente su voto de confianza a su líder al que, por cierto, le gritaron con efervescencia: presidente, presidente, presidente.
Quizá muchos dirán que en alusión al papel que representa el la Junta de Coordinación Política, pero es evidente que, la ovación, matizó con autoridad que a Ricardo Monreal lo vean con buenos ojos como el candidato de Morena en 2024 y, con esa lógica, el futuro presidente de México.
Sus credenciales y su poder político avalan ese cargo que, en un futuro, se puede materializar partiendo de las posibilidades mayúsculas de ser él, el abanderado de Morena quien, llegado el instante que el CEN emita la convocatoria estará puntual en la cita.
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Nadie le impedirá ser, llegando el instante clave, un aspirante porque además nos queda clarísimo que, está etapa, es la más lúcida de su carrera para actuar con apego derecho y legitimidad a contener, con razones de sobra, de aquellos que poseen ese potencial natural de liderazgo reconocido por toda la sociedad en general.
Mientras tanto, no es el momento, él lo dijo. Se actúa conforme a los tiempos a pesar de aquellos personeros de la oposición que, en algún instante, vivieron una metamorfosis obradorista como German Martínez que navegó bajo la simulación al tomar ventaja y ganar, sin merecerlo, un espacio plurinominal.
Ni con ello logró ayer inquietar a Ricardo Monreal que se defendió y propició, como lo han mostrado los titulares de la prensa, el gran momento que vive él. Y si creen conveniente justificarlo, entonces escuchen en grito palpitante de presidente, presidente, presidente.