Morelia, Michoacán.- Comuneros del municipio de Chilchota interpusieron una queja en contra del párroco del pueblo, Gabino Ordaz, en las oficinas del obispo, Carlos Garfias Merlos en Morelia, porque supuestamente a violentado las tradiciones, los usos y costumbres de las comunidades que conforman dicho municipio.
Uno de los manifestantes, quien prefirió mantenerse en el anonimato por miedo a represalias, expresó que el sacerdote Gabino Ordaz ha faltado y violado las tradiciones de las comunidades de Chilchota, “se roba el dinero de las propinas y lo que los feligreses aportan para la iglesia, además de que actúa con prepotencia y en ocasiones anda por la calle bebiendo”, indicó.
El comunero informó que la fiesta del pueblo es el 9 de septiembre, por lo que una de las tradiciones es ir a dejarle billetes al santo patrono, en donde se juntan entre 30 y 40 mil pesos, mismos que se quedan ahí hasta el 16 de septiembre, pues la costumbre es que acabando el desfile vayan los feligreses a la iglesia, se hace un protocolo en donde se cuenta el dinero que se recaudó y posteriormente se le entrega al mismo párroco para que haga mejoras a las iglesias del pueblo.
Uno de los quejosos, señaló que esta tradición se rompió, cuando Gabino Ordaz, sin el consentimiento de nadie, al día siguiente de la fiesta, es decir el pasado 10 de septiembre, se encerró en la iglesia y sacó todo el dinero, brincándose la tradición y la transparencia del recurso, situación que desató el enojo de los comuneros.
Ante este suceso, los feligreses acudieron a las oficinas del Obispo en Zamora, Javier Navarro Rodríguez, sin embargo este no los atendió pero si le informó al párroco de Chilchota, situación que desencajó la ira del sacerdote y presuntamente con una patrulla de la Policía municipal de Jacona estuvo amedrentando a los pobladores y comuneros de Chilchota.
Aunado a esta queja, hay señalamientos en contra de Gabino Ordaz sobre su manera de actuar, prepotente y muchas veces en estado etílico con los católicos, situación que aseguraron ya se viene dando desde hace unos tres años atrás.
Por estos motivos una veintena de comuneros acudieron este jueves a la capital michoacana en busca del obispo Carlos Garfias para que ponga un alto a esta situación que se vive en Chilchota, sin embargo no tuvieron fortuna y solo los atendió el auxiliar del obispo quien les aseguro que tomarían cartas en el asunto.