Morelia se prepara para la cena del Año Nuevo 2025; en los mercados, prevalece el bullicio de las compras a última hora
Morelia, Michoacán.- El reloj marca las 17:00 horas en Morelia y el Mercado Independencia hierve de actividad.
Entre montones de tejocotes, cañas y guayabas, las familias se mueven con rapidez, calculando precios y organizando la cena de Año Nuevo 2025 a contrarreloj.
También te puede interesar: Precios elevados de la uva impactan celebración de Año Nuevo
“¡Lleve su manzana para el ponche! ¡A 25 el kilo, pero le dejo la docena en 20 si me compra dos!”, grita un comerciante, con las manos ocupadas en pesar un pedido mientras otro cliente insiste en el regateo.
Al fondo, una mujer apila ramilletes de canela, el aroma impregnando el aire junto al de los clavos de olor y las naranjas recién cortadas.
El sonido de las monedas chocando y las voces entrelazadas es constante.
“¿A cómo el repollo? ¿Y si me llevo dos cabezas?”, pregunta una señora, ajustando su bolsa de mandado mientras su hijo pequeño señala un racimo de plátanos.
“Las cebollas están más baratas allá, pero aquí están más frescas”, comenta un hombre a su esposa, mientras el regateo se convierte en el idioma oficial de la jornada.
Los rostros lucen apurados pero animados, entre listas mentales de ingredientes y el recuerdo de alguna tradición familiar.
“Me faltan los tamales, pero ya no alcanzo. ¿Crees que en la esquina tengan masa lista?”, se escucha en una esquina, mientras alguien más asegura que ya no hay pavos en el mercado.
Las calles alrededor del mercado están igual de abarrotadas. Los vendedores ambulantes aprovechan la ocasión para ofrecer uvas, adornos dorados y velas para los rituales de la medianoche.
“Que no falten las lentejas para la abundancia, joven. ¡A sólo 10 el puñito!”, promociona un hombre mientras los compradores, entre risas, cargan bolsas llenas de fruta y verdura.
Apenas hay tiempo para detenerse, pero en medio del ajetreo, algunos se dan un respiro frente a un carrito de atole o una señora que sirve tamales desde una vaporera humeante.
El ambiente, aunque caótico, tiene algo de festivo: entre las prisas y los regateos, se siente la emoción del Año Nuevo que ya está a la vuelta de la esquina.
Cuando el reloj avance y el mercado cierre, los morelianos llevarán a casa los ingredientes que prometen llenar las mesas de sabor, calidez y esperanza para el 2025.