Estrategias y desafíos frente a la escasez de agua en México.
La escasez de agua en México es un problema que afecta a más del 40% de la población global, y se estima que este número aumentará debido al crecimiento poblacional. En nuestro país, el desafío es aún mayor, con un impacto en más del 61.5% del territorio nacional.
A pesar de la magnitud de esta crisis, un estudio de Ecolab Watermark revela que un 83% de los mexicanos creen en la posibilidad de una solución efectiva.
Preocupación ambiental
El acceso a agua potable y segura es una preocupación ambiental clave para el 94% de las personas, y un 95% opina que la financiación para la conservación del agua debe provenir de gobiernos y corporaciones.
No obstante, un 87% piensa que las grandes empresas no tienen una estrategia clara para abordar la escasez hídrica. Tony Sarrat, vicepresidente y market head de Ecolab en Latinoamérica Norte, señala que “cerca del 50% de las personas considera que las industrias no están haciendo mucho por proteger el agua, pero en realidad, están haciendo más de lo que se percibe”.
“Estamos a tiempo de abordar de manera efectiva la situación que enfrenta no solo en México, sino el planeta entero, migrar a modelos de consumo y producción sustentable, y revolucionar industrias como la de la producción de alimentos, pueden contribuir enormemente para alcanzar el objetivo”, agrega Sarrat.
La sustentabilidad debe ser una parte esencial de los modelos de negocio, influenciando positivamente otros sectores en la gestión del agua.
La ineficiencia en la gestión de fugas y en la distribución del agua es una causa principal de pérdida hídrica.
Sarrat enfatiza que “En cualquier sector, el hecho de que los usuarios tengan una gestión y utilización del agua poco eficientes promueve el uso de un volumen mayor, lo que se traduce en más alto riesgo de sobreexplotación del recurso”.
Sector agropecuario
El sector agropecuario en México, que utiliza más del 76% del agua concesionada y es el mayor consumidor de agua del país, no paga por este recurso ni por la energía para su distribución, llevando a una gestión descuidada y sobreexplotación.
Ecolab sugiere que la incorporación de tecnologías para la medición, control y manejo del agua puede reducir significativamente el consumo, la energía y las emisiones de gases de efecto invernadero.
Finalmente, Sarrat concluye que debemos cambiar nuestra percepción sobre el valor del agua y enfocarnos en un manejo integral que involucre a la sociedad, empresas y gobierno para un cuidado y aprovechamiento sostenible del vital líquido.