Son 130 albergues distribuidos en todo el territorio mexicano
Morelia, Michoacán.- Tras el papel que jugará México para frenar el flujo de migrantes a Estados Unidos, la iglesia católica coadyuvará a través de los 130 albergues con los que cuenta en todo el país y en el que se ofrece además de hospedaje, alimentos, acompañamiento en sus trámites legales (documentos migratorios) y seguimiento para los recorridos que realizan, ya sea hacia el norte o hacia sus lugares de origen.
A decir del arzobispo de la Arquidiócesis de Morelia, Carlos Garfias Merlos, el lunes pasado en una reunión del Consejo de Presidencia del Episcopado Mexicano, con el presidente del país, Andrés Manuel López Obrador, se reiteró el apoyo que ofrece la iglesia con sus 95 diócesis, 10 mil parroquias y agentes de pastoral, para ayuda humanitaria.
“La iglesia realiza una importante misión de ayuda humanitaria, una labor no siempre reconocida, tenemos la necesidad de diálogo y colaboración con instancias de gobierno para unir fuerzas y coordinarnos; la criminalización y estigmatización de los migrantes son una preocupación que se le mostró al presidente, como respuesta a la emergencia migratoria que atraviesa el país”.
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El presbítero, dio a conocer que también se planteó, se tengan formas permanentes de apoyo para migrantes y que no se vea que con una determinación se resuelve el problema, pues destacó que finalmente son personas que están fuera de sus hogares y requieren del apoyo humanitario que como la iglesia, brindan otras asociaciones.
En otro momento, el arzobispo recordó que son las casas/albergues de Reynosa, Matamoros, Ciudad Juárez y Tapachula, donde se concentra el mayor número de personas y caravanas de migrantes que intentan llegar a Estados Unidos o bien, regresar a sus lugares de origen, por lo que la labor que realizan es en atención a ellos “no se cambia su situación, pero todo migrante requiere ayuda”.
Para contexto de nuestros lectores, México acordó con Estados Unidos, frenar el flujo migratorio a cambio de que no se aplicaran aranceles a todos los productos mexicanos, lo que ocasionaría en el país una crisis económica pues se tenía previsto iniciar con un porcentaje del 5 por ciento que aumentaría hasta llegar al 25 por ciento de impuesto en cada producto.