Claudio García Carrillo ha llevado el nombre de Michoacán a lo más alto de la élite del deporte mundial, al haber participado en un Campeonato Mundial de Patinaje de Velocidad en China y uno más en Argentina, así como en varios campeonatos panamericanos en Colombia y Venezuela y con apenas 20 años, le queda un camino largo por recorrer para seguir patinando al éxito.
Pero para Claudio no le fue nada fácil en un inicio adoptar el patinaje como su deporte, pues a los 13 años buscaba otro tipo de disciplinas: “Al principio a mí no me gustaba, por el traje que es muy pegadito, como que no me latía; me gustaban más el tae kwon do, futbol, pero fui un día de prueba y desde ese día me quede en un curso de verano por mi mamá que me inscribió y me dediqué al 100. Yo vivía en Nayarit pero soy moreliano”.
Así desde los 13 años, Claudio García hizo suyo el patinaje, el cual ya forma parte de su vida y ahora su meta es convertirse en el mejor de México y para ello, se prepara intensamente día con día.
Pero el inicio no fue nada fácil pues por más que entrenaba a diario sin descanso, inclusive fines de semana y sacrificando vacaciones, no podía ganar una medalla en la Olimpiada Nacional y con el paso del tiempo regresó teniendo 15 años a Morelia y la vida le cambió.
“Mi primera Olimpiada fue como velocista, no me fue muy bien, tardé tres años en agarrar buen nivel, fueron tres años para poder subirme a un pódium nacional. Mi primera medalla nacional fue en un Interasociaciones en el 2012”, recordó.
Sin embargo no quedó satisfecho, ya que lo que el buscaba, se le negaba, ganar una medalla en la Olimpiada Nacional: “Mi primer logro importante fue medalla de bronce en la Olimpiada Nacional 2013, era mi primer año en la categoría Juvenil Menor y todos los de la prueba me ganaban por dos y tres años, pero por fin pude ganar en la Olimpiada fue mi primer gran triunfo”
Tras ganar su primera medalla en el 2013 empezaron a llegar los éxitos, uno tras otro, gracias a no darse por vencido y entrenar fuerte, bajo la batuta de su entrenador Iván Díaz Villa, quien fue el que lo inició en las pruebas de fondo.
Claudio por sus condiciones de conjugar de forma excelente la velocidad y la resistencia es especialista en las pruebas de fondo como son las pruebas de 15 mil metros eliminación, 10 mil metros puntos, mil metros sprint,y relevos, esto en pista, mientras que en ruta correré los 10 y 20 mil metros, relevos y 42 kilómetros maratón.
El patinador michoacano tiene el orgullo de ser uno de los pocos atletas de todo México en ostentar todo un récord nacional, al ganar cinco medallas de oro de forma individual en la Olimpiada Nacional que fue en el 2015 con sede en Monterrey.
Por sus éxitos en la máxima justa nacional desde hace dos años forma parte inamovible de la selección mexicana de patines de velocidad.
Por su calidad ha participado orgullosamente en dos campeonatos del mundo, el primero en el 2015 en Argentina y en el 2016 en Nanjig, China.
“Ya a nivel mundial las competencias son muy complicadas porque compites contra los mejores del mundo, tienes otro tipo de panorama, pero he ido a varias competencias internacionales y me he colocado bien, de hecho en el Mundial pasado en Argentina, que fue el primero para mi, quedé en el lugar número 12 en la prueba de eliminación entre 45 competidores y en China me ubique entre los primeros 20 lugares”.
Claudio sin desanimarse sueña en seguir patinando a los triunfos sabe que no es algo fácil, pero el haber saboreado el éxito le impulsa para buscar más triunfos a nivel mundial.
“Mi sueño máximo y siempre con los pies en la tierra y fijándome bien, yo quisiera correr con un equipo profesional, ya sea Canariam, Powerslide o Eoskates, esos tres equipos me gustan mucho y ya están viendo más a gente de México, por ejemplo ahorita está Mike Páez, él corre por el equipo de Maple, ya se están fijando más en gente de México para reclutar. El nivel profesional se practica en el extranjero y me gustaría competir allá por temporadas”.
Confesó que una de sus cualidades como deportista es ser aferrado a lo que quiere.
“Me describo como un patinador responsable, dedicado a mis entrenamientos, aferrado, me gusta lo que hago, amo lo que hago y aún me queda mucho tiempo por patinar. Soy muy competitivo, no me gusta perder y creo que en parte eso es bueno porque eso hace que me motive cada día más para a la siguiente buscar ganarle al que me ganó, y entrenar y entrena”.