No tengo la menor duda de que el más estructurado de los cuatro candidatos presidenciales que debatieron el domingo en Tijuana fue José Antonio Meade. Eran sus temas. Los conoce. Fue canciller, dos veces secretario de Hacienda.
Llevaba ventaja. Sabe de comercio exterior, de inversiones, de lavado de dinero y crimen transnacional, de migración. Quería demostrar que “somos los más chingones”. Lo dijo el sábado. Pero, otra vez, le faltaron agallas para reconocer que fue un error político invitar a Trump a Los Pinos cuando era candidato, ponerle alfombra roja, después de los insultos y humillaciones contra México.
Estos insultos no paran, aun cuando está en la Casa Blanca hace más de un año y cuatro meses. Apenas la semana pasada calificó de “animales” a los paisanos que emigran a la Unión Americana. Meade, además, tiene un problema de conectividad con la gente. El humor social no lo favorece. La marca la lleva como losa que le impide despegar. La sociedad está agraviada por la corrupción y asustada por tanta violencia.
De Ricardo Anaya esperaba más. Es el más aplicado en estos ejercicios. Ensaya horas. Se prepara a fondo. Es buen esgrimista verbal. Pero se perdió en su pleito con Andrés Manuel López Obrador, quien ya dio color: va contra Ricky Rickin Canayín. Cree que es el adversario a vencer.
¿Y qué decir de Andrés Manuel? Volvió a abusar de las frases hechas. Se aferró al script. Divagó frente a las preguntas. No respondió. Todo se lo adjudica a la corrupción y a “la mafia en el poder”. De allí no lo sacan. Administró su ventaja. El Bronco fue igual a El Bronco, pero sin una propuesta como la de “mochar manos al que roba” que le jaló ríos y ríos de tinta después del primer debate.
Los ataques desplazaron las propuestas. ¿La imagen que prevaleció? AMLOcuando se le acerca Anaya y le dice a los presentes “voy a cuidar ni cartera”.
¿El momento más tenso? Cuando intercambiaron calificativos: “mentiroso”, “farsante”, “hipócrita”, “calumniador”.
No veo que el debate vaya a cambiar el rumbo de las encuestas. Si hay cambio va a ocurrir cuando ya todo mundo tenga la certeza de quién es el que le va a competir a AMLO por la Presidencia de la República.
Va a hacer una elección entre la rabia y el miedo.
- Nos escribió un WhatsApp Genaro García Luna. El extitular de la desaparecida Secretaría de Seguridad Pública destacó, en su mensaje, la importancia de recuperar el enfoque de la historia del caso Cassez. El hombre recordó que la Suprema Corte tuvo que crear una serie de ajustes legales, en aquel momento, para apoyar la estrategia de liberación de Cassez, acusada de secuestro en México. Salió, nos dijeron, porque no se respetó el debido proceso.
El tema viene a cuento porque en esos ajustes legales participaron ministros y abogados que hoy aparecen en el ambiente político “como el caso de la futura secretaria de Gobernación” (Olga Sánchez Cordero). La exministra formaría parte del gabinete de AMLO como titular de la Segob.
García Luna adjuntó un video del doctor Samuel Sánchez Ruiz, exdirector de la Siedo de la PGR en tiempos de Ernesto Zedillo, en el que afirma que los abogados de Cassez fueron pagados con dinero que el fallecido Muamar Gadafile dio a Nicolas Sarkozy para su reelección.
En toda esta historia aparece como figura central el exembajador francés Daniel Parfait, hoy titular de la empresa Aerobús México, del conglomerado Zafrán, que tiene inversiones millonarias en Querétaro. Según el extitular de la Siedo de Zedillo, el otrora diplomático operó financiamientos ilegales para liberar a la secuestradora.
“Exigimos, por lo tanto, una investigación de estas operaciones del señor Parfaiten México y en Francia por la utilización de dinero ilícito en la defensa de Cassez”.
Fue más lejos. Dijo que hay intervención de Parfait en elecciones mexicanas. “Es el señor Parfait, quien está detrás de la denuncia contra Anaya en países de Europa en relación con la bodega que vendió. Quería perjudicarlo. Esa bodega la iba a arrendar Airbus”, asegura Sánchez Ruiz.
- Pocos sabemos que el actor Sergio Mayer, próspero empresario, nació en la todavía Iztapalapa “allí por la Cabeza de Juárez” cuando aquello todavía era un basurero.
Fue a escuelas de gobierno. Vivió como indocumentado dos o tres años en EU. Conoce la pobreza, las privaciones, las carencias. El esfuerzo y el trabajo de su padre le permitieron graduarse en la Ibero como Licenciado en administración de empresas, “pero no por ser pirrurris”. Su padre le pagó la carrera con mucho esfuerzo. Es un hombre que no olvida de dónde viene.
No sorprende, pues, su respaldo a López Obrador ni que haya ingresado en la política como candidato a diputado federal con Morena.
Nos encontramos con el productor de Sólo para mujeres en el Café Toscano de Avenida de la Paz, en San Ángel.
Queríamos ahondar en los motivos que lo llevaron a incursionar en esa actividad tan cuestionada por los ciudadanos.
Nos dice que no necesitamos esperar una tragedia para entrar en conciencia que tenemos qué hacer algo por las personas. La política y, en particular, el Congreso le ofrecen la oportunidad de devolver algo de lo mucho que le ha dado el país
Subraya: “Los que tenemos un privilegio tenemos un compromiso con México, con la gente que más lo necesita.
“El proyecto de nación de López Obrador es genuino, preocupado por las personas. Empata con lo que quiero hacer. No es enemigo de los empresarios”.
¿Su prioridad si llega a la curul?
La eliminación del fuero y la defensa de los niños. “No se habla de los niños porque no generan votos, pero es un asunto de primer orden. Explotación sexual, laboral”.
Mayer es embajador del Senado para asuntos de la mujer.