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Ciudad de México.- Las religiosas aprovecharon productos de temporada como la granada, el chile poblano y la nuez de Castilla, para elaborar un platillo que llevara los colores del ejército trigarante y así deleitar el paladar del emperador Agustín de Iturbide.

Este platillo esencialmente consiste en un chile poblano relleno de carne de res y puerco, mezclados con fruta: plátano, manzana, pera, durazno y bañados con una salsa de nuez. Los chiles en nogada son considerados porque la nuez de Castilla variedad empleada en la preparación de la nogada se cosecha durante estos meses, al igual que la granada, otro ingrediente fundamental de este platillo.

Los chiles en nogada son una poesía al paladar, no sólo por su exquisito sabor sino también porque su preparación resulta en un platillo de alto valor nutritivo. El brillante tono de los chiles, la suculenta nogada que los cubre sobre la cual aparecen, como joyas, los granos de granada acompañados de perejil son sin duda una obra maestra de la cocina mexicana.

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Este extraordinario platillo promueve el nacionalismo mexicano, derivado de la celebración e historia que giran en torno a la elaboración de este verdadero banquete.

El chile poblano es la base de este manjar y en 2016, México cosechó más 327 mil toneladas, destacando Zacatecas como líder en la materia.