Al menos 44 personas han sido detenidas en Charlotte, en Carolina del Norte, tras la segunda noche de disturbios raciales, según ha confirmado el jede de Policía de la localidad. El gobernador del estado, el republicano Pat McCrory, ha declarado el estado de emergencia en la ciudad y ordenado el despliegue de la Guardia Nacional después de que dos personas resultaran heridas de bala, una de ellas en estado crítico. Otros nueve civiles han resultado heridos.

Según fuentes del Ayuntamiento, la persona que está en estado crítico fue alcanzado por una o varias balas disparadas por “otro civil”. No se saben más detalles del incidente, salvo que el herido se encuentra conectado a máquinas que le mantienen con vida. Al menos siete policías han sido hospitalizados.

La Guardia Nacional cuenta con armamento similar al del Ejército (incluyendo tanques y cazabombarderos), aunque el nivel de entrenamiento de sus tropas es inferior, pero también material antidisturbios que será, presumiblemente, el que se emplee en Charlotte, una ciudad de un millón de habitantes que es la sede del Bank Of America, la segunda mayor entidad financiera de EEUU.

De acuerdo con la información difundida por los medios locales, los disturbios causaron serios daños en un centro comercial, en el que hay tiendas de lujo, y donde se han producido saqueos. En la autopista interestatal 85, que pasa por la Charlotte, los manifestantes asaltaron algunos camiones y prendieron fuego a la carga de otros.

La patronal local ya había aconsejado el miércoles a los establecimientos comerciales de varias zonas de la ciudad que ataran con cadenas mesas, macetas, sillas u otros objetos que pudieran ser susceptibles de ser usados en barricadas.

Los disturbios se deben a la muerte de Keith Lamont Scott, un ciudadano de raza negra de 43 años, a manos de un policía también afroamericano, Brentley Vinson, de 26 años, el lunes. Según las autoridades, Scott iba armado cuando salió y entró varias veces de su coche mientras los policías realizaban una misión en el área. Las autoridad es insisten en que los agentes dijeron a Scott que dejara su pistola, a lo que éste se negó. Fue entonces cuando le dispararon.

La familia del fallecido -ninguno de cuyos miembros estaba presente- insiste en que Scott solo tenía un libro en la mano, pero en el lugar del incidente no se ha encontrado ninguno. Por ahora, los defensores de cada una de esas versiones han tomado Facebook y Twitter para defender sus opiniones.

Los disturbios en Charlotte se producen cuando la ciudad de Tulsa, en Oklahoma, está viviendo sus propias jornadas de tensión por la muerte de Terence Kuchner, un afroamericano de 40 años que estaba desarmado, a manos de la agente de policía Betty Shelby.


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