El presidente Trump ha firmado una orden para convertir la Base Naval de Guantánamo en centro de detención de migrantes, considerados peligrosos para Estados Unidos.
Estados Unidos.-Donald Trump, presidente de Estados Unidos, ha emitido una orden ejecutiva que establece un centro de detención en la Base Naval de Guantánamo para hasta 30 mil migrantes en situación irregular.
Esta medida se enfoca en individuos catalogados como “delincuentes de alta prioridad”, quienes representan una amenaza para la seguridad en Estados Unidos según el presidente.
Durante un evento en la Casa Blanca, Trump también promulgó la Ley Laken Riley, que busca agilizar la detención y expulsión de extranjeros indocumentados involucrados en delitos menores. En su alocución, Trump destacó la importancia de disponer de un espacio adecuado para retener a migrantes con historiales delictivos.
“Tenemos 30.000 camas en Guantánamo para detener a los peores extranjeros ilegales criminales que amenazan a los estadounidenses”, afirmó Trump.
Añadió que algunos de estos individuos son demasiado peligrosos para ser enviados de vuelta a sus países de origen. Con el objetivo de expandir la capacidad del Centro de Operaciones Migratorias de la base, Trump instruyó a los secretarios de Defensa y de Seguridad Nacional a tomar “todas las medidas apropiadas”.
El recién nombrado “zar de la frontera”, Tom Homan, señaló que el centro solo contendrá a “lo peor de lo peor”, subrayando la postura de la administración Trump sobre el endurecimiento de la política migratoria. En Cuba, el anuncio fue recibido con fuertes críticas. Miguel Díaz-Canel, presidente cubano, describió la acción como un “acto de brutalidad’ y remarcó que la base está en ‘territorio ocupado ilegalmente”.
Bruno Rodríguez, ministro de Exteriores cubano, también condenó la decisión, argumentando que ‘muestra desprecio por la condición humana y el Derecho Internacional’.
La Base Naval de Guantánamo ha sido un centro de controversia desde su arrendamiento en 1903, particularmente conocida por su uso como centro de detención para sospechosos de terrorismo desde 2002 tras los ataques del 11 de septiembre. Las acusaciones de maltrato y detenciones indefinidas sin juicio han generado críticas globales.
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La administración de Joe Biden había argumentado que el Centro de Operaciones Migratorias no operaba como una prisión, pero la nueva orden de Trump lo define claramente como un centro de detención a gran escala.
La justificación del gobierno republicano es que muchos de los detenidos son criminales peligrosos que no pueden ser deportados de manera segura.
“Es un lugar difícil del que salir”, concluyó Trump, reforzando la visión de Guantánamo como un lugar de máxima seguridad.