Las cazuelas de barro son esenciales en la cocina mexicana, especialmente para preparar mole y otros guisos tradicionales
La cocina mexicana es una amalgama de ingredientes, técnicas y utensilios que le otorgan una identidad única llena de aromas, colores y sabores; Un elemento esencial en este panorama culinario son las cazuelas de barro, frecuentemente utilizadas para preparar el exquisito mole y otros guisos tradicionales.
Estas cazuelas evocan imágenes de cocineros moviendo con paciencia el contenido con una cuchara de madera.
La alfarería de barro en México tiene raíces que se remontan a la época prehispánica. A lo largo de los siglos, ha recibido influencias artísticas de diversas culturas, resultando en trastes decorados con esmaltes de estilo novohispano.
¿Cómo se elaboran las cazuelas de barro?
En todo México, las cazuelas de barro se encuentran en mercados, tianguis y tiendas artesanales. Cada pieza es única, ya que no se producen en serie.
El proceso comienza con la selección del barro de la mina, que se cernirá, amasará y purificará de burbujas de aire.
Luego, se moldean las cazuelas con sus características orejeras y se les aplica la decoración deseada.
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Los tamaños varían, desde pequeñas salseras hasta grandes cazos que requieren varias personas para su transporte.
El paso final es la cocción en horno, donde las piezas se secan al aire antes de ser quemadas durante unas cinco horas. En este proceso, se aplican minerales que se transforman en barniz.
¿Dónde adquirirlas?
Aunque las cazuelas de barro son cada vez menos comunes, su relevancia cultural en la gastronomía mexicana persiste.
Lugares como Tlaquepaque en Jalisco, los pueblos purépechas de Michoacán y diversas regiones de Puebla aún las fabrican regularmente.
En la Ciudad de México, es fácil encontrarlas en mercados artesanales como La Ciudadela o San Ángel.