Las Catrinas de Capula y el Cobre Martillado alcanzan protección internacional con Indicaciones Geográficas Protegidas.
Morelia, Michoacán.- Las Catrinas de Capula y el Cobre Martillado, recibieron este sábado la declaratoria de Indicaciones Geográficas Protegidas, que otorga el Instituto Mexicano de la Propiedad y que blinda contra falsificaciones a estas dos artesanías, en más de 80 países.
“Esta declaratoria les da una protección internacional en más de 80 países de manera automática y ya también de manera automática, si alguien pretende hacer una copia, falsificarla o piratería, es un delito federal que se persigue también por parte de la FGR (Fiscalía General de la República)”, declaró el gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla.
Al entregar dicha declaratoria, el gobernador reconoció que el camino para lograrla fue largo, toda vez que se tuvo que modificar la Ley Federal de Propiedad industrial para incluir la figura de Indicación Geográfica, y poder otorgarla a quienes así lo merecen por reunir distintas características.
Este tipo de declaratorias, se entregan cuando un producto ya sea artesanal, alimentario, agrícola etc., está vinculado a una zona geográfica, tiene procesos de producción específicos o bien, la materia prima es exclusiva de la zona. Las Catrinas de Capula y el Cobre Martillado de Santa Clara del Cobre, son las primeras artesanías en recibirla en todo el país.
En entrevista, el mandatario michoacano no descartó que otros productos y artesanías de la entidad reciban esta declaratoria de Indicaciones Geográficas Protegidas: “aquellas marcas colectivas que cuenten con denominación de origen pueden aspirar a Indicaciones Geográficas; pero también puede hacerlo el limón de Michoacán, la guayaba, otros productos artesanales, alimenticios y agrícolas”.
El gobernador, declaró también que con este tipo de declaratorias y nombramientos, se abren mayores canales de comercialización, de comunicación y de promoción, no sólo en México, sino en todo el mundo. Y es que al ser productos protegidos en más de 80 países del mundo, se pueden hacer negocios sin temor a que sean falsificaciones y pagando menos aranceles para su exportación.