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Morelia, Michoacán.- La casa de remates Israelí local Winners, ubicada en la ribera sudoriental del mar Mediterráneo, subastará cartas de Albert Einstein en las que el científico compartió con sus colegas reflexiones sobre física, Dios e Israel en los años 1950, entre ellos, el estadounidense David Bohm, destacado físico que hizo importantes contribuciones en los campos de la física teórica y la neuropsicología.

Dicha subasta de llevará a cabo en Jerusalén el próximo 20 de junio, con la espera de alcanzar la recaudación de 46 mil euros.

En una de las cartas enviadas en 1951 al eminente físico David Bohm, Einstein aborda el vínculo establecido por éste último entre la teoría cuántica y la de la relatividad.

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“Debo confesar que no estoy en condiciones de adivinar cómo podría alcanzarse tal unificación”, escribe Einstein. La carta mecanografiada incluye una ecuación de la autoría de Einstein, así como su firma.

Hijo de inmigrantes judíos, Bohm había trabajado con él en la universidad de Princeton antes de huir a Brasil tras perder su puesto durante la caza de brujas lanzada por el senador Joseph McCarthy contra personas acusadas de comunismo.

La casa de subastas Winners indicó que las cartas procedían del patrimonio de la difunta viuda de Bohm.

Otra carta de 1954 se refiere a la posibilidad de que Bohm se instalara en Israel, que había sido fundado seis años antes. Por su parte Einstein, que había rechazado una oferta para convertirse en el presidente del nuevo país, consideraba que no era un buen momento para que su amigo tomara esa decisión.

“Israel es intelectualmente vivo e interesante, pero tiene posibilidades muy reducidas y viajar allí con la intención de abandonar el país en la primera ocasión sería lamentable”, opinó.

Bohm acabó ocupando en 1955 un puesto de profesor invitado en el prestigioso Instituto Tecnológico de Israel (Tecnhnion) en Haifa, en el norte del país. Dos años después, se mudó a Inglaterra donde trabajó en universidades de Londres y Bristol, según la página web de Winners.

Tras la muerte de Einstein en 1955, la mayor colección del mundo de sus documentos quedó en manos de la Universidad Hebraica de Jerusalén, donde era gobernador no residente.